Vapear está de moda, sobre todo entre los adolescentes que encuentran en sus variados sabores un placer del que no saben las peligrosas consecuencias que pueden tener en un futuro.
Se erigió como digno sustituto del cigarrillo convencional, como si de algo inocuo se tratara, pero nada más lejos de la realidad, ya que diversos estudios están arrojando informaciones que demuestran poco a poco su peligro para la salud.
No deja de ser un aerosol cuyas sustancias van directas a los pulmones
El último estudio observacional de TOBACCO CONTROL publicado, ha detectado más niveles de plomo y uranio en la orina de las personas que vapean de manera continuada, un dato que pone en alerta por las terribles consecuencias que a largo plazo podrían aflorar.
Aunque de momento es un estudio observacional, quieren que se realicen estudios más completos para poder afirmar estas señales previas como algo real y perjudicial.
En general, la exposición crónica a los metales incluso a niveles bajos, puede tener efectos nocivos para la salud, afectando a las funciones cardiovasculares, renales, cognitivas y psiquiátricas.
El plomo y el uranio potencialmente pueden además dañar el cerebro e influir en el desarrollo de los órganos en la adolescencia.
Al parecer la exposición a metales pesados depende sobre todo del tipo de dispositivo utilizado por lo que piden se realice un control más exhaustivo de este tipo de cigarrillos.
Aumentan en la orina un 90% los indicadores de uranio con los sabores dulces
Los investigadores muestran preocupación porque los sabores dulces de los vapeos (caramelo, chocolate …), son los que más contenido de uranio parecen contener, por lo que una de las opciones que se plantean es solicitar retiren los sabores para no atraer al público hacia algún sabor más perjudicial que otro.
Estos estudios ponen de manifiesto que se debe invertir tiempo y dinero para
- Regular el vapeo
- Investigar sus efectos
- Políticas preventivas e informativas
Se pueden comprar en cualquier lugar
Una de las cuestiones más negativas de este producto está en la propia venta de vapers ya que no existe ninguna restricción para quienes quieran venderlos, algo totalmente opuesto a lo que sucede con el tabaco que tiene un régimen de venta muy restrictivo y limitado.
Por ello cualquier empresa puede venderlos y como no existe ninguna regulación específica, los compradores corren ciertos riesgos.
La marca sí marca la diferencia
Se ha demostrado que entre la gran oferta de marcas de estos productos existen unas variaciones muy significativas entre unas marcas y otras en cuanto a las sustancias que contienen.
Dado que el vapear es una moda más o menos reciente y se están estudiando sus efectos, se tardará un tiempo en poder afirmar científicamente cuan perjudiciales son.
Emular al Reino Unido y prohibir la venta de tabaco
El presidente del Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo (CNPT), el doctor Francisco Pascual, asegura que: “en un tiempo prudencial” las administraciones deberán plantearse “la prohibición de la venta de tabaco en cualquier franja de edad y a cualquier persona”.
“El tabaco es una sustancia tóxica, que perjudica directamente la salud. No es bueno que se permita la venta de productos tóxicos, que no haya una correcta regulación y si está demostrado que perjudica la salud, como es el caso, lo suyo sería prohibir la venta de tabaco y de todos sus derivados”
El presidente del CNPT ha valorado de esta manera la medida aprobada por el Parlamento británico a principios de Abril, la Ley de Tabaco y Vapeo, que prohibirá la venta de cigarrillos o productos con nicotina a todos aquellos nacidos después de 2008.
Una medida sanitaria que persigue la supresión gradual del consumo de las nuevas generaciones. Para el doctor Pascual, “una medida como ésta es efectiva y redundará en la disminución del consumo del tabaco y de sus nefastas consecuencias sobre la salud”, por lo que “apoyaríamos una medida similar si se planteara en nuestro país”.
La medida aprobada en el Reino Unido impone la prohibición de la venta de tabaco a cualquier persona nacida a partir del 1 de enero de 2009 y va aumentando la edad legal para fumar (18 años) un año cada año, para conseguir eliminar por completo el hábito entre la gente joven en 2040.