Amics de Velluters denuncian que los problemas del barrio silenciados desde el Ayuntamiento siguen vigentes

Amics de Velluters denuncian que los problemas del barrio silenciados desde el Ayuntamiento siguen vigentes

Velluters, un barrio céntrico de Valencia que durante décadas ha soportado ser el barrio de venta de drogas, prostitución y proxenitismo, sigue siendo ese barrio olvidado por las instituciones y carente de servicios públicos y del mimo de las administraciones públicas.

Con un nuevo vídeo la Asociación de Amics de Velluters relata una pelea entre prostitutas a gritos. Amenazas y gritos en un conflicto entre prostitutas que se vive cada día en las calles del barrio.

Valencia Ciudad libre de trato de blancas…pues va a ser que no

Los cartelitos en la fachada del Ayuntamiento a los que nos ha acostumbrado Compromís resulta que podemos denominarlos como de propaganda electoral, ya que no reflejan la realidad de las calles del Cap i Casal. A unos cientos de metros del Consistorio Municipal se ejerce la prostitución callejera. se vende sustancias estupefacientes y se consumen en la vía pública. Sí, a unos cientos de metros del Ayuntamiento.

El PSPV y Compromís se han llenado la boca hablando de abolicionismo de la prostitución y de que Valencia ya no es una Ciudad de prostitutas. Pero la realidad es que la prostitución callejera ha vuelto con fuerza a las Calles de Velluters. Los vecinos quieren poder vivir tranquilos y dormir por las noches, pero el Ayuntamiento no sólo en los últimos años ha mirado hacia otro lado sino que además fomenta la expulsión de los vecinos con planes para nuevos hoteles e infraestructuras turísticas que eliminarán más viviendas.

«Han convertido el centro de Valencia en un parque temático expulsando a los vecinos, que no tenemos servicios ni calidad de vida, y todo se hace enfocado para el turismo».

Así de contundentes se mostraron en la última edición de Valencia Veïnal, el foro de los vecinos el pasado mes de mayo en su intervención. Se muestran estupefactos con un gobierno municipal que ha peatonalizado el espacio público para luego llenarlo de terrazas para el turismo, ocupando más espacio que antes y teniendo el vecino menos espacio que nunca en suelo público.

Sólo esperan que el nuevo consistorio atienda las reclamaciones vecinales y no les de la espalda como el vigente, que no sólo ha ocultado y obviado sus problemas, sino que los ha expulsado de su barrio y ha permitido un turismo sin control al grito de la «renaturalización» pero será la del hormigón y el mar de turistas.

De la total falta de limpieza y fuerte olor a orín de muchas de las calles del centro de Valencia ya ni hablemos. De unos jardines donde cada vez desaparece más el verde y aparece el hormigón pintado tampoco. Del abandono de las calles secundarias con islas de contenedores y olores permanentes ya por desgracia estos vecinos están tristemente acostumbrados.

María José Catalá tendrá una dura tarea para con estos vecinos y deberá cumplir sus problemas. De momento exigen limpieza y seguridad para poder vivir en paz y no ser expulsados de sus barrios, convertidos en parque temático del turismo.

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