Tras las elecciones a Cortes Generales del 23J y tras el escrutinio de los votos todo estaba aún más complejo y la aritmética parlamentaria dibujaba un escenario muy complejo para configurar un mínimo gobierno estable.
Feijóo, ganador de las elecciones aseguraba que intentaría formar un gobierno al ser el partido vencedor de las mismas, y pedía que no se bloqueara un futuro gobierno, mientras que en la sede del PSOE en ferraz a pesar de perder los comicios se presentaban como ganadores, porque habían aguantado y su aritmética particular les daba opciones de formar un nuevo gobierno junto con Bildu y ERC.
Pero llegó el voto CERA, el voto de los residentes fuera de España depositado en Embajadas y consulados, y un escaño en Madrid bailó del PSOE al PP, lo que hacía aún más complicado la gobernabilidad y reducía enormemente las posibilidades de Sánchez.
Los independentistas han subido el precio de su apoyo a Sánchez
Todas las miradas se tornaron al prófugo de la justicia Carles Puigdemont, ya que en su partido estaba la gobernabilidad de España, de un país al que aseguran una y otra vez “no les importa su futuro”. La misma noche electoral Junts, empezaba a poner condiciones a un posible sí o una abstención que serviría a Sánchez, pero el voto CERA ha obligado que tenga que ser un sí para poder tener una opción el actual presidente en funciones Pedro Sánchez.
El precio a pagar pasa por un referéndum de autodeterminación para Cataluña legal (a pesar de que la propia Constitución Española lo prohíbe taxativamente), una consulta vinculante, y una ley de amnistía para todos los que colaboraron o participaron en “El procés”. Nuevamente una condición que no contempla la propia Constitución ni el ordenamiento jurídico español, contraria de nuevo a la ley.
Ahora además exigen una condonación de al menos un 50% de la deuda autonómica de la Generalitat de Catalunya. Lo que deja a Sánchez en una situación muy precaria, de aceptar estaría fuera de la ley, pero aún sigue negociando, en base a objetivos completamente fuera de la ley.
Desde el País Vasco Bildu también empieza a pensar en condiciones ventajosas y en un futuro referéndum, aunque esperan a ver qué sucede con Cataluña, y la tercera pata que se ha unido a sus reivindicaciones es Compromís, que a pesar de estar bajo el paraguas de Yolanda Díaz y SUMAR, tienen dos diputados. Ahora aseguran que votarán un “NO” a Sánchez si no se condona también parte de la deuda de los valencianos.
Esto aleja la posibilidad de un pacto de gobierno en la izquierda, aunque por la derecha también se ha complicado. El ganador de las elecciones, Alberto Núñez Feijóo sólo cuenta con el apoyo del PP, Vox y UPN. Coalición canaria ya ha asegurado que prefiere un gobierno con Pedro Sánchez, porque asegura que un gobierno con Vox es una línea roja para ellos. También parecido se ha manifestado el PNV; que suele ser llave y fluctúa a derecha o izquierda según los beneficios que obtenga para su territorio, o sea lo que comunmente llamamos como chaquetero que se vende al mejor postor.
Con este escenario ya hay que pensar en nuevas elecciones ante la imposibilidad de formar un gobierno, ¿pero cuándo serían los nuevo comicios?
El papel fundamental ahora lo tiene el rey Felipe VI, ya que una vez constituídas las Cortes generales el 19 de agosto y decididos los presidentes de ambas cámaras, deberán constituir los diferentes grupos parlamentarios y será entonces cuando el rey a finales de agosto formule una ronda de contactos con los partidos con representación en el Congreso para ver a quién le encarga formar gobierno.
Felipe VI deberá elegir entre el ganador de las elecciones, Alberto Núñez Feijóo o Pedro Sánchez, y deberá encargar a uno de ellos formar gobierno, aunque las posibilidades de ambos son ínfimas. Deberá aceptar el candidato propuesto para así celebrar el debate de investidura que se tiene previsto para en torno al 10-15 de septiembre. Si es fallida la investidura como así parece será tendrá 2 meses para intentar una nueva o se deberá convocar las elecciones. Así, a mediados de noviembre se deberían convocar nuevamente la repetición electoral y empezar de nuevo todos los mecanismos legales, con lo que tendríamos nuevas elecciones la última semana de diciembre o las dos primeras de enero.
Así pasaremos de votar con las chanclas de la playa a votar con adornos navideños y el gorro y bufanda…mientras Pedro Sánchez será el presidente en funciones y su gobierno seguirá llevando las riendas del país, eso sí, si Sánchez tuviera una sóla oportunidad, la mayoría absoluta del PP en el Senado bloquearía las principales leyes con lo que el bloqueo está más que asegurado.
Vayan preparándose para unas nuevas elecciones en invierno…