La AA.VV. Sant Antoni-Zaidía reclama la localización del panel cerámico de la Virgen de la Cabeza (BRL) extraído en las Naves de Guala

Catalá acude a San Antonio en la Zaidía para tratar in situ los múltiples problemas del barrio

Los vecinos de San Antonio en la Zaidia en Valencia volvieron el mes pasado al Pleno municipal de Valencia, donde se aprobó nuevamente el compromiso municipal de paralizar el macrohotel y residencia de estudiantes en una de sus manzanas. Trasladando la edificabilidad a una zona de Marchalenes y siguen estudiando la posibilidad de recuperar las naves para espacio ciudadano.

Estos vecinos llevan ya años de lucha contra este megaproyecto, que escribió su último capítulo en las navidades de diciembre de 2022 cuando a la vez que la propietaria de las naves se reunía con el entonces alcalde Joan Ribó, enviaba una excavadora a demolerlas con un supuesto permiso de derribo que a la fin era una declaración responsable. La policía local paralizó el derribo y la entonces concejal de urbanismo y vicealcaldesa Sandra Gómez ordenó restituir lo derribado, un muro y algunas partes de las naves, pero toso sigue igual como se dejó en navidades. Ha trascurrido un año entero y en el Ayuntamiento ha entrado un nuevo gobierno municipal.

El anterior gobierno de Joan Ribó y Sandra Gómez vendía unas parcelas municipales por colindancia a un propietario cuyo representante era el arquitecto que firmaba el propio proyecto. Todo esto a la vez que aseguraba que rechazaban el mismo. Hoy sabemos que ese terreno ya está en manos de quien quiere realizar el proyecto de macrohotel, y tanto Ribó como Sandra Gómez lo achacan a un “error”.

Otro de los “errores” fue el dar licencia de actividad para hotel para jóvenes y residencia de estudiantes a una parcela situada a escasos metros de viviendas particulares. Los vecinos siguen esperando la contestación a las alegaciones presentadas contra el macroproyecto.

Este proyecto pretendía construir el hotel para público joven más grande la ciudad, con 550 habitaciones dobles en seis edificios.

El pleno pasado y el deyavú constante

 

Si bien a principios de año era el PSPV el que proponía un cambio del Plan General de Ordenación Urbana para salvar una de las naves y dedicarla a dotaciones públicas, la otra era derribada para construir un jardín. Ahora ya en la oposición Compromís presentaba su propio proyecto, casi un calco del anterior de su ex-socio de gobierno, donde de las dos naves salvan una para dotaciones públicas para mayores y una escoleta y en los terrenos de la otra construyen un jardín.

Los vecinos quieren soluciones, pero jurídicamente el tema está complicado, el cambio en la parcela del PGOU aprobado en enero no tenía expediente abierto en urbanismo y los vecinos supieron del número de expediente municipal para presentarse como afectados el mismo día de las elecciones, 4 meses después.

En el Pleno pasado la novedad es que se introducía la posibilidad de explorar la protección también de un edificio en la zona construido por el afamado arquitecto valenciano Javier Goerlich. Pero las naves siguen esperando un dictamen de la Consellería de Cultura para saber si tienen alguna protección como BRL. Los vecinos hace más de un año que incoaron el expediente y sigue sin noticias.

Hoy la alcaldesa en el barrio

 

Los vecinos se encargaron en recordar en el Pleno que el festival Cultura als barris no ha pasado por el Barrio de San Antonio, y las deficiencias en infraestructuras y especialmente en dotaciones públicas con evidentes. Recordaron igualmente los problemas derivados de la aparición como setas en el barrio de apartamentos turísticos.

Junto al edificio cultural de la Protectora, junto a la rotonda de la Calle Sagunto con Bilbao y Maximiliano Thous ya están derribadas unas naves y edificios y se está empezando la construcción de otra residencia de estudiantes. Los vecinos temen las consecuencias deconvertirse en un barrio de botellón y juergas continuas, ya que junto al barrio, en la zona de Morvedre los alrededores de una conocida discoteca cada fin de semana son un foco de botellón y ruídos, así como los parques de la zona.

Hoy trasladarán a la alcaldesa todas estas preocupaciones in situ, ya que María José Catalá se ha comprometido con los vecinos y acudirá a comprobar cómo va el barrio y sus necesidades. Justo un año después de su anterior visita, pero esta la diferencia es que ha pasado desde la oposición a la alcaldía y ahora deberá tomar buena nota de los problemas y empezar a aportar soluciones.

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