La industria fallera no para y la indumentaria da la bienvenida a las Fallas 2025
La industria festiva y fallera no para, y cuando los servicios de limpieza se afanan en intentar devolver a la normalidad las calles de la Ciudad las tiendas de indumentaria del centro del Cap i Casal bullen de clientes.
En una conocida tienda junto a la Casa Consistorial desde primera hora de la mañana hay colas para ver los precios rebajados. Muchas madres y padres de personas que quieren ser Falleras Mayores el año que viene o personas que quieren confeccionarse el traje van buscando telas de valenciana con su descuento.
Descuentos en indumentaria de hasta el 30 y 40% en telas y complementos para dejar vacío el almacén y que lleguen las nuevas piezas en breve. De paso los clientes se ahorran un buen pellizco en su economía maltrecha.
La industria festiva y fallera en la Comunitat Valenciana no para, y si bien las colas abundan en las tiendas de indumentaria, los talleres falleros comienzan una labor de limpieza y de pensar en los proyectos a presentar para el año que viene.
Las empresas de carpas se afanan en quitarlas de las calles para abrir la circulación y los floristas descansan después de depositar más de 60.000 ramos para confeccionar el manto de la Mare de Deu dels Desamparats.
Los talleres pirotécnicos hoy también descansan después de una intensa semana de disparos que representa al menos el 25% de su facturación en muchos casos.
La industria fallera
Las Fallas si no existieran habría que inventarlas, porque en lo que la economía representa sustenta a más de 5.000 familias en la Comunitat Valenciana, con una estimación directa de más de 10.000 empleos de forma directa y un volumen de negocio que no se ha cuantificado a nivel de la Comunitat Valenciana.
Vemos las Fallas del Cap i Casal, pero en la ciudad hay 385 comisiones, pero hay otras casi 300 fuera de la ciudad en las más de 50 poblaciones que celebran las fallas. Se estima que el censo de falleros de este año rondará en la Ciudad de Valencia los 120.000 falleros y otros al menos 30.000 fuera del Cap i Casal, una fiesta que pagan más de 150.000 personas y se distribuye a lo largo y ancho de la Comunitat Valenciana.
Otra cosa son las aglomeraciones, los problemas por falta de organización que genera o las tensiones, pero al PIB valenciano representa un buen pellizco estas fiestas declaradas como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO por algo.