La falta de consenso entre la fundación deportiva y los colectivos LGTBI ha sido uno de los detonantes de la situación
Alcaldesa de Valencia María José Catalá como alcaldesa de todos los valencianos ha llegado el momento de intervenir como máxima mandataria de la ciudad para impedir que los Gay Games 2026 sigan siendo la mayor noticia en los distintos medios de comunicación y Valencia siga siendo la sede con el apoyo del colectivo LGTBI. Comparto que una fundación liderada por las organizaciones del sector no debe liderar la organización del evento deportivo porque, de esa misma manera, la Copa del América la debía haber organizado el Real Club Náutico de Valencia. Y les recuerdo que la Agencia Antifraude investiga a la asociación del diseño encargada de celebrar la Capitalidad del Diseño.
Además, sigo sin entender porque cuando se constituyó dicha fundación el ayuntamiento no puso reparo alguno, incluidos los servicios jurídicos y el Servicio de Intervención para derivar toda la responsabilidad que había adquirido el ayuntamiento. Los funcionarios, y más los habilitados, mandan y mucho en las instituciones locales. Son muy garantistas, quizás excesivos.
Que los Gay Games 2026 han explotado nadie lo duda, pero estoy convencido de su celebración en 2026 se hará en Valencia, pero algo hay que no me cuadra Todo esto empezó allá por el año 2021 cuando grupos del colectivo LGTBI como Samarucs, Dracs y Lambda, y personas emprendedoras como Luis Canuto, anunciaron su intención de celebrarlo.
También es verdad que, a las pocas horas de conocerse la decisión, la Federación Internacional de los Gay Games, con quien se ha firmado al acuerdo de celebración, desmintieron al colectivo LGBTI por afirmar que habría posibles consecuencias fiscales, penales y legales de las decisiones tomadas por PP y VOX y lamentaron los hechos y más las aseveraciones sobre el colectivo LGTBI vertidas en los últimos meses pero he aquí el fin de estos juegos como es dar luz a este evento y a su finalidad de erradicar esas actitudes. Marchándose los colectivos de la ciudad no se gana.
Lo que sí existe es una realidad. La falta de voluntad de los colectivos y de la Fundación Deportiva Municipal para alcanzar acuerdos y, por tanto, consensos. Todo tiene su origen en la decisión del equipo de gobierno del Ayuntamiento de Valencia, sí quien ganó hace un año, de crear un comité organizador en marzo de 2023, es lo normal ellos gobiernan ahora y quienes perdieron las elecciones pues no y, por tanto, no puede desarrollar sus objetivos que era dejar la organización en dichos colectivos privados y no pudieron integrar a las instituciones como patronos en la fundación, pero, como he dicho ahora resulta que hay informes poniendo en duda esa fundación. Que salgan a la luz.
El comité promovido desde el ayuntamiento está constituido por colectivos LGTBI de la ciudad. Al acta de la junta de gobierno me remito y donde también figura la abstención de Vox a este acuerdo. No votó en contra, sino que lo hubiese hecho.
“Aprobar la creación del Comité Organizador de los XII Gay Games 2026, como órgano colegiado que efectuará el seguimiento, impulso y control de la organización y celebración de los XII Gay Games, con la siguiente composición y estructura: La Presidencia la ejerce la alcaldesa de Valencia o concejal en quien delegue; la Vicepresidencia: el concejal o concejala, de entre los concejales del equipo de gobierno, que designe la alcaldesa y los vocales. Un representante de la Generalitat, otro de la Diputación de Valencia, uno de la Fundación Valencia Diversitat, del Club Deportiu LGTB + Samaruchs Valencia, quien por tanto no estaba integrado en la fundación, otro técnico de la FDM y un representante de la Fundación Visit Valencia”.
El comité ni siquiera se ha constituido y estaba obligado a reunirse cada tres meses. No ha podido siquiera celebrar la primera porque la Fundación Valencia Diversitat se ha retirado de la organización.
Nadie se acuerda de quienes se encargaron de los primeros pasos como tampoco a quienes les encargaron los primeros trabajos bajo la dirección del emprendedor Luis Canuto, apartado como él afirmó hace tiempo de la dirección. No se puede dejar de lado a los colectivos en la celebración a los colectivos LGTBI ni al equipo de Visit Valencia y de quien en su día era su gerente, Antonio Bernabé.
El concejal socialista Javier Mateo dijo ayer que una de las características de este evento era que debía ser liderado por los colectivos LGTBI con un convenio. Ahora con Catalá el Ayuntamiento pretende organizar un evento del colectivo LGTBI, pero sin el colectivo LGTBI. Esto es incierto porque en el comité organizador de seis representantes dos son del colectivo LGTBI, la Fundación donde están las tres asociaciones, y una de deportes que no entró en esa fundación.
Hoy se cumple un dislate más en este episodio de los Gay Games aunque he de reconocer que los responsables de Vox con sus declaraciones han levantado el termómetro y los colectivos LGTBI hicieron un feo institucional cuando dejaron solos a los responsables políticos de la Comunidad Valenciana a la reunión que fueron llamados. No me convence nada de eso de los correos electrónicos recibidos a tiempo o no para dejar a los políticos elegidos en 2023 solos en una mesa. Quien manda ahora es otro equipo de gobierno y a algunos les cuesta reconocerlo. No significa plegarse a declaraciones discordantes y, en ocasiones, homófobas, pero hacer el vacío no estuvo nada bien.
Desde Compromis su concejala María Luisa Notario pide respeto al colectivo LGTBI y lamenta la actitud del equipo de gobierno acusando a la alcaldesa de utilizar la realidad LGTBI para blanquear su LGTBIfòbia o más bien la de su socio de gobierno. Atacar al grande y no al pequeño.