La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) sale al paso de las primeras filtraciones que han salido publicadas en La Razón sobre el informe molecular realizado en Barcelona que apunta que las muestras de saliva y de heces recogidas en las ovejas muertas en una explotación ganadera de Aras de los Olmos corresponderían a perros asilvestrados.
La organización presidida por Cristóbal Aguado insiste en que “sea lobo o sea perro, la realidad es que hay diez ovejas muertas y más de 400 con riesgo de sufrir abortos. Los animales que irrumpieron en la explotación ganadera atacaron como lobos, mordieron como lobos y mataron como lobos. Y en el caso de que no fueran lobos, como parece que van a decir las pruebas oficiales, la consecuencia es la misma: ovejas asesinadas y traumatizadas”.
El ganadero afectado, Antonio Miguel Álvaro, sostiene que “los ganaderos de la zona llevamos toda la vida sufriendo ataques de perros asilvestrados y este no tiene nada que ver. En primer lugar, los perros se ven antes y después del ataque, incluso pueden permanecer cerca del lugar hasta la llegada de las personas. Los perros tienden a amontonar a las ovejas, pero en mi caso estaban desperdigadas y no había ninguna muerta por aplastamiento. Cuando se trata de perros, se encuentran muchos mordiscos en los cuerpos, por el contrario, aquí únicamente había heridas de asfixia. Los perros también suelen dejar ovejas heridas por las dentelladas, que sobreviven, y en la granja no había ninguna. Por último, cuando las ovejas son atacadas por perros, no soportan ver estos animales durante las siguientes semanas, mientras que esta vez toleran la presencia de perros y solo muestran miedo cuando ven sus sombras, similares a las de los lobos”.
Álvaro, quien se queja de que la Administración no le dejó una muestra para poder hacer una contradictoria y mantener su posición, afirma que “hay un interés clarísimo en decir que ha sido perro. Aunque lo intenten, los políticos no podrán taparlo, el lobo está aquí y con el tiempo se verá”. Por ello, solicita que “el Gobierno reconozca el problema real que supone la expansión del lobo para la ganadería y que establezca unas compensaciones justas, adecuadas y sin tanta burocracia para garantizar la sostenibilidad de las explotaciones ganaderas”.
El malestar de Álvaro es compartido por otros ganaderos próximos de la provincia de Teruel que han visto lobos y sufrido ataques idénticos a sus ganados. El sector defiende que son “los animalistas de verdad, los que todos los días cuidan de sus rebaños, imprescindibles para una alimentación sana, la dinamización del medio rural y la prevención de incendios forestales”.
AVA-ASAJA solicita al Gobierno que rectifique como la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, y emita un voto favorable en el Consejo de Europa a la propuesta de la Comisión Europea de flexibilizar el estatus de protección del lobo, pasando de la categoría “estrictamente protegido” a “protegido”. En caso de ser aprobada, esta propuesta permitirá un mayor control de la especie ya que se encuentra en crecimiento en un 26% de su población desde 2014, tal y como ha refrendado el último informe de la Fundación Artemisan.