Sacar pecho suele ser una práctica deportiva en el mundo de la política y otra escribir o hablar con la cara del cristal que mejor te beneficia. Estas dos partes salen a relucir cuando hablas de presupuestos, de modificaciones de créditos o de la cifra de inversiones. Sin ir más lejos desde el equipo de gobierno la concejala María José Ferrer San Segundo, a quien apreció desde los años napoleónicos, cifraba en 120 millones de euros mientras el edil socialista Borja Sanjuán, un notable en el grupo municipal y a quien le queda carrera, calificaba de ridiculo sacar pecho de esa cifra cuando era la misma de 2022.
San Segundo y Borja Sanjuán se emplearon a fondo como si de un Trabajo de Fin de Grado se tratara pero la concejal del equipo de gobierno se olvidaba de lo más elemental: de dar cuenta a los ciudadanos de dónde se ha invertido y dónde se ha dejado de invertir. Lo digo y escribo porqué una cuestión es la cifra total de lo previsto, 277 millones sin contar las transferencias de capital con lo cual ascenderían a 342 millones.
Si como dice la popular se han invertido 120, y aún dice podrían ser algunos más, donde están y a donde estaban previstos los otros 157 hasta el total. Cómo pueden leer la cantidad es el doble de lo gastado en mejorar los barrios y distritos el año pasado.
Eso es lo que de verdad importa. Porque se incluye y no se gasta. Los ciudadanos merecen saber dónde estaba previsto y no se hizo y dónde se hizo. No les interesa lo más mínimo si ha sido más o menos y los cruces de acusaciones políticas. Quieren tener mejores servicios públicos, tener sus aceras y calles en condiciones, más seguridad y más limpieza.
Visto pues los populares, que ahora gobiernan y tanto preguntaron por las inversiones territorializadas y tanto fiscalizaron las obras en los barrios, deben explicar, sí alcaldesa Catalá, en donde se ha hecho y con más ahínco desde julio, mes en el cual comenzó a gestionar este tercer ayuntamiento de España.
Ojo, hablaba San Segundo que hasta abril de 2023 sólo se habían invertido 10,2 millones de euros en los barrios y pedanías, ganas tenía quien escribe de volver a denominarlas de esa forma y no pueblos porque esas acepción sólo existía en Valencia y al citarlo parece que nombraba a otros municipios distintos al de Valencia al cual pertenecen esos 15 espacios urbanos y de huerta.
Y siguió San Segundo con que se han gastado 90 millones. Estupendo porque me faltan 32 millones de euros. Lo digo de esta manera porque en el documento-informe – bien hecho y redactado por los funcionarios de la delegación de Hacienda- enviado a la concejal Eva Coscolla de Compromis indica que son 122,1 millones previstos en 2023 en los barrios. En el distrito de Patraix se contemplaban 22,1, donde más, y en el de Pobles del Nort 322.00 euros, donde menos.
Pues bien, todo parece indicar que como remanentes tendremos otros 157 millones de euros en los presupuestos de 2024, es decir esas cifras incluidas y no gastadas vaya usted a saber por qué, para invertir en los barrios y unos hablarán del gran nivel inversor y de cifras millonarias. Pues no, deberían hablar de cómo gestionar para llegar a final de año con todo gastado. Dicho lo dicho otro día les escribiré sobre las cuestiones de un museo, el de la Semana Santa Marinera, cuyo proyecto ha desaparecido de los Fondos Edusi y no se dice nada de nada de poner dinero. Otros engañados más.