La cabalgata de Reyes de Valencia de ayer llegaba precedida por una gran polémica por los múltiples cambios introducidos, pero además por qué no decirlo de una gran morbo para ver en qué consistía. Ello llevó a miles de valencianos, más de 60.000 a contemplar en las calles del centro del Cap i Casal una cabalgata que tuvo múltiples fallos de organización y coordinación de las distintas áreas municipales.
Las sillas, el tesoro de muchos valencianos
El anuncio por el propio Ayuntamiento el día anterior de que las sillas a la venta para contemplar el evento se podrían comprar a partir de las 12h de la mañana no hacía presagiar nada bueno, y al final, en la Ciudad de Berlanga se produjeron las imágenes propias de películas de Berlanga, antes de las 12 ya había gente esperando en grupos a que pusieran las sillas de la Cabalgata para asegurarse un buen sitio. Así, antes de las 13h se tuvo que desviar EMT y parte del tráfico. A las 13:30 en los mejores puntos del recorrido ya había grupos guardando las sillas, y eso que faltaban 5 horas para la cabalgata. Un fallo de organización que se resolvería con sillas marcadas con un número y venta anticipada de las mismas con un plano indicando donde se encuentran.
Las imágenes de mediodía fueron curiosas, y dieron para un guión de Berlanga, los valencianos atesorando las sillas quan tesoro conseguido previo pago de 4€.
El inicio de la Cabalgata, sin música y con hinchables de Albacete
Dos caballos de la Policía Local de Gala a caballo y después cuatro caballistas de Policía Nacional, seguidos de furgonetas de Policía Nacional y a lo lejos unos hinchables. Ni rastro de música de tabal i dolçaina que ponía la escuela de Junta Central Fallera de manera gratuita, ni siquiera de música alguna. Uno a uno fueron desfilando los hinchables de personajes del Quijote subidos sobre un pequeño carro, sin música, y en silencio.
Los hinchables que han dado que hablar porque fueron utilizados y creados para la feria de Albacete de 2023, y que como decía la concejal «era la fantasía infantil» y representaba al Quijote, lástima de oportunidad de hacer mención al libro valenciano de Tirant Lo Blanch, el que por contra, el propio Cervantes menciona en su obra.
Tras ellos venían unos equilibristas y dos carrozas que eran camas elásticas, otra vez sin luz y sin música, una con equilibristas y la carroza diseñada por Marina Puche con una persona dentro sin luz tirando uno a uno algún caramelo, con luces apagadas y sin música otra vez.
Había que esperar largo rato para encontrar alguna música que rompiera el silencio, ya que más allá de los gritos de los niños pidiendo caramelos no se escuchaba nada a excepción frente al Consistorio Municipal que había megafonía.
Un carro lleno de niños disfrazados de frutas era la Carroza de MercaValencia, y tras ellos una furgoneta frigorífica de la que sacaban alguna naranja, eso sí, decorado con un vinilo con espárragos y clóchinas, parecía más una publicidad de la empresa que lo alquila que un elemento de la misma.
Ballets sin música y carrozas encogidas
Ballets, muchos ballets, eso sí, muchos de ellos sin música y sin luz, porque los focos de la plaza instalados para alumbrar estaban apagados, y los trajes no lucían como debieran…
Desde Bolliwood hasta estrellas de navidad, la tónica dominante fueron los ballets que se salpicaban entre las decenas de hinchables de personajes y carrozas encogidas.
Muchas carrozas de todo tipo, pero minúsculas y muy poco atractivas y varios trenecitos.
El cartero real que pasó desapercibido
Un Cartero real a pie y con unas cartas en la mano y 4 personas a su alrededor pasaron desapercibidos, se podía haber aprovechado la carroza del cartero Real propiedad municipal.
Una zona evangélica extraña
Se quería ampliar la zona evangélica que explicara el nacimiento de Jesús y la llegada de los Reyes Magos, tras la total ausencia en los años de Compromís que había convertido la Cabalgata en un desfile circense, pero nos e entendió. Un arca de la alianza que es de siglos antes de Cristo, unos ángeles en ballet y una sóla carroza con un nacimiento viviente, tras él, el enunciado degollamiento de los inocentes fue finalmente unos romanos y una pequeña cuádriga, faltó el cartel de «Herodes» y otra vez algún foco y algo de música.
No se entendía esta parte muy bien, hay que reforzarla porque en la mayor parte del recorrido no hay speaker ni megafonía…
Salió A Punt con un camión tipo discoteca, el Valencia con un autobús y una carroza y el Levante, ni rastro del Valencia Basket, el Vijusa y otras disciplinas deportivas. Un autobús del Circuito de Velocidad Ricardo Tormo y por fin los boatos de los reyes, más bien justitos.
La Carroza del Rey Mago se retrasó porque quedó encallada en los maceteros de la calle San Vicente y por fin llegaron a la Plaza.
La llegada de los Reyes al Consistorio Municipal
Entre una nube de periodistas, youtubers, blogs y personas del Ayuntamiento, se podía ver algo, fruto de la no organización y de no dar señal institucional ni guión claro.
La parte sin duda más bonita de la Cabalgata y que hay que felicitar por ella quedó deslucida al no poder ser contemplada por la mayoría.
Una falta de respeto que cuando los reyes van a hacer la Adoración a los Reyes Magos una nube de personas buscando la foto dejen a la fallera mayor Infantil, concejal y alcaldesa sin poder verlo y sin acompañar a los reyes, un nuevo fallo de organización.
Los reyes subieron en la escalera de Bomberos y en el balcón municipal, la decoración puesta impedía verles, un nuevo fallo, hubiera sido necesario elevar más la tarima.
Pero finalmente un pequeño castillo se disparó desde la azotea del edificio consistorial declarado BIC.
La amenización musical
Desde el balcón municipal se volvió a apostar por amenización de un grupo musical, eso sí, se pasó del perfecto catalán de Compromís al único castellano, sin nada en valenciano, pasando de un extremo al otro.
Las tres únicas bandas de música fueron las que acompañaron a los tres boatos de Melchor, Gaspar y Baltasar.
Las carreras de la Calle de la Paz
La parte más anecdótica de la cabalgata se dieron en la calle de la Paz donde los constantes cortes de la misma para no afectar a la zona final del Ayuntamiento hicieron que literalmente algunos ballets y carrozas pasaran a velocidad de crucero, literal, dejando sorprendidos a propios y extraños… la cabalgata de Berlanga…
Las zonas para personas con movilidad reducida a mejorar
Junto a la fachada municipal y calle de la Sangre se había anunciado una zona de personas con movilidad reducida, pero la pantalla instalada les dejaba sin esta zona, rápidamente se pudo ver al ex-concejal Javier Copoví y su rápida actuación como Director de Discapacidad reorganizar el espacio para conseguir en la confluencia de la Calle de la Sangre un espacio para personas con sillas de ruedas y discapacitados, una muy buen reacción, pero que el Ayuntamiento deberá tomar nota de esta situación, porque la zona creada en la Porta de la Mar no era mucho mejor, hace falta dar más publicidad e indicar esta zona con pictogramas y cartelería.
Todos los fallos son fruto de la escasez de comunicación entre las distintas concejalías, esperemos que el año que viene que ya tendrán más de un año de rodaje aprendan de sus errores.
En suma una cabalgata clásica, larga y a mejorar, pero hay que reconocer que la nueva concejal ha tenido poco tiempo para organizarla, pero hay mucho que mejorar y deberá Mónica Gil dar un fuerte tirón de orejas a sus compañeros para coordinarse y mejorar, incluso a sus concejales de otras áreas para coordinarse, que es lo que faltó, parece que la dejaron sola, muy sola.
Un voto de confianza para la Concejal, pero con deberes para los próximos años para no seguir este guión más propio de una película de Berlanga que de una cabalgata de Reyes seria… pero estamos en la Ciudad de Berlanga, y parece que es lo que hay…
Finalmente los reyes se sentaron a atender a miles de niños en el Salón de Cristal municipal.
