Ucrania vuelve a vivir una jornada de terror. Un ataque ruso en la ciudad de Járkov, la segunda más grande del país, ha golpeado una guardería privada, provocando escenas de pánico entre padres y niños. Al menos una persona ha muerto y más de 50 han resultado heridas, entre ellas varios menores.
🧸 Niños evacuados entre el humo y las llamas
Las imágenes difundidas por las autoridades ucranianas muestran a padres corriendo con sus hijos en brazos, cubiertos de polvo y llorando mientras huían del fuego. “Pequeñas palmas se aferran a los hombros de quienes rescatan y protegen”, escribió el ministro del Interior, Igor Klimenko, al compartir las escenas de evacuación.
Según la Fiscalía de Járkov, el ataque se produjo hacia las 11:00 horas locales, cuando dos drones kamikaze iraníes modelo Geran-2 impactaron en una zona densamente poblada con edificios administrativos y residenciales. Uno de ellos alcanzó directamente la guardería.
⚠️ “Solo destrucción y muerte”
El gobernador regional, Oleg Sinegubov, confirmó que “los daños son importantes”. Por su parte, Klimenko calificó el ataque de “crimen sin principios ni reglas”. “Rusia no busca objetivos militares, solo destrucción y muerte”, afirmó en redes sociales.
El ataque coincidió con una ofensiva masiva de Rusia sobre varias regiones del país, incluida Kiev, donde han muerto al menos siete personas —dos de ellas, niños— tras el lanzamiento de más de 400 drones y 28 misiles en una sola jornada.
🏚️ Familias sin refugio ni descanso
Mientras tanto, en ciudades como Zaporiyia, los equipos de emergencia evacuaban edificios enteros entre el humo y las llamas. “Espero que la guerra termine pronto y que la gente deje de sufrir como hoy”, decía entre lágrimas una madre ucraniana ante las cámaras.
🌍 Una guerra sin tregua
El ataque en Járkov llega pocas horas después de que el presidente Volodímir Zelenski denunciara nuevos bombardeos sobre infraestructuras energéticas. Moscú intensifica sus ataques antes del invierno, buscando castigar a la población civil.
Sin manifestaciones, sin tregua, sin paz. Solo niños con miedo, padres que corren entre los escombros y una Europa que vuelve a mirar con horror hacia el este.
















