Los problemas con los miles de trabajadores incorporados a la Consellería de Sanitat fruto de numerosas reversiones siguen acumulando problemas, ya que siguen discriminados en las mismas funciones con sus compañeros denominados como estatutarios, igual categoría profesional, igual trabajo y distinto salario y distintos acuerdos laborales.
Un sinsentido que sigue efectuando una más que clara discriminación laboral y sigue fomentando la desigualdad entre trabajadores, Trabajadores del Departamento de Salud de La Ribera, del Departamento sanitario del Hospital de Torrevieja, unidos a los profesionales de los servicios de radiodiagnóstico revertidos y ahora al personal del Departamento de Dénia.
Todo esto derivó en una Huelga de los profesionales sanitarios que derivó en un pequeño acuerdo, pero con el cambio de gobierno, esas promesas la nueva dirección de la Consellería de Sanitat no ha cumplido los acuerdos, con lo que vuelven las concentraciones.
La Consellería de Sanitat acumula problemas, con muchos de los altos cargos del Botànic que siguen en sus puestos y con la misma política a pesar del cambio de gobierno, los mismos que firmaron algunos de estos acuerdos y ahora los incumplen, sinsentido tras sinsentido,e so sí, centenares de anuncios que veremos en los próximos meses y años si finalmente ven la luz.
Los sindicatos CC.OO. y UGT denuncian la situación laboral de estos miles de trabajadores
La Federación de Sanidad y Sectores Sociosanitarios, FSS CCOO CV, y la Federación de Servicis Públics de UGT-CV han celebrado una concentración en los centros de trabajo que tienen personal laboral a extinguir para exigir a la Conselleria de Sanidad que cumpla con las mejoras laborales acordadas con motivo de las huelgas convocadas en el primer semestre de 2023.
El personal laboral a extinguir ha salido a la puerta de distintos centros de trabajo como el Hospital de Alzira, el de Torrevieja, otros centros sanitarios que tienen resonancias con este tipo de personas trabajadoras y en residencias que poseen farmacias sociosanitarias.
En todos estos lugares se ha reclamado la homogeneización de sus condiciones laborales con el personal estatutario porque el personal laboral a extinguir desempeña las mismas funciones que el personal empleado público pero tiene peores condiciones laborales.
4.000 profesionales comparten funciones y tareas diarias con sus compañeros/as estatutarios/as pero tienen jornada, salarios o permisos diferentes, entre otras cosas
Los acuerdos que la Conselleria de Sanidad se niega a cumplir no sólo están firmados, también registrados e incluso, en el caso de las farmacias sociosanitarias y las resonancias magnéticas, publicados en el DOGV. Ante esta falta de respuesta y voluntad, el personal laboral a extinguir no va a dejar de manifestar su malestar y su desacuerdo.
CCOO y UGT continuarán con las medidas de presión porque no están dispuestos a renunciar a los acuerdos alcanzados tras intensas negociaciones y movilizaciones.
Los problemas continúan en la Consellería de Sanitat: Los sinsentidos de un modelo que no se sabe cuál es, ni sus objetivos ni sus bondades
Todo esto dificulta la gestión eficiente por parte de las gerencias, además de generar constantes problemas laborales en un clima laboral de desigualdad entre trabajadores y de clara discriminación de unos respecto de otros, un problema heredado del anterior gobierno pero que se sigue magnificando con las distintas reversiones que está llevando también la nueva dirección de la Consellería de Sanitat, que parece en el tema de las reversiones sigue a pies juntillas la hoja de ruta trazada por el Botànic.
A pesar de seguir hablando de la colaboración público-privada se mantiene la hoja de ruta trazada por los anteriores consellers, donde casos tan insensatos como en Torrevieja, donde revierten el hospital, ponen al frente a un dirigente del PSPV sin experiencia en gestión sanitaria previa, revierten también los servicios de radiodiagnóstico y aparece un camión de una empresa catalana para efectuar las resonancias magnéticas con personal catalán, y aún así se multiplica por tres las listas de espera y la atención sanitaria se desmejora considerablemente hasta el punto de los usuarios denunciar sin parar los problemas.