El consumo energético de la Universitat Jaume I durante los pasados meses de julio y agosto ha sido el más bajo desde 2003 pese al crecimiento en el número de edificios que ha experimentado el campus en estos últimos 20 años. De hecho, en estas dos décadas, la superficie construida ha aumentado un 42%, ha pasado de 166.000 metros cuadrados a 237.000 y, sin embargo, la demanda energética ha caído.
La clave de este registro histórico radica en el esfuerzo inversor que ha realizado la UJI por mejorar la eficiencia energética de sus edificios, incluida la instalación de placas solares en las cubiertas, y las medidas adicionales de ahorro. «Este menor consumo energético, pese a que los equipamientos se han multiplicado, constata los avances en materia de sostenibilidad ambiental de una universidad como la UJI, que incluso ha incorporado la lucha contra el cambio climático en sus Estatutos como uno de sus compromisos institucionales», ha afirmado la rectora Eva Alcón.
El campus de Riu Sec sumó un consumo de 1.959.160 Kwh durante julio y agosto, un registro incluso inferior al obtenido en el verano de 2020, el año de la pandemia cuando la actividad presencial se redujo al mínimo. Alcón ha subrayado que «se trata de una excelente noticia que confirma la importancia de contar con una estrategia de sostenibilidad y lucha contra el cambio climático para minimizar la huella de carbono del campus».
Cabe destacar, por ejemplo, que el sábado 5 de agosto fue el día con el consumo más bajo en la UJI desde que se tienen registros, con solo 13.597 Kwh consumidos, mientras que el aporte de energía fotovoltaica representó el 38,75%, el porcentaje más alto hasta el momento. En los primeros ocho meses del año, la Universitat ha reducido un 15% su consumo energético, lo que se traduce en 1.478.157 Kwh menos.
Compromiso de sostenibilidad ambiental de la UJI
El compromiso de la UJI con la sostenibilidad ambiental viene de lejos, pero se ha intensificado desde la aprobación en 2020 del Plan de acción por la sostenibilidad y el cambio climático, que incluía toda una serie de medidas para mejorar la eficiencia energética. Además, la escalada de precios energéticos experimentada en estos últimos años también ha llevado a redoblar los esfuerzos para mitigar su impacto económico.
El vicerrector de Infraestructuras y Sostenibilidad de la UJI, Vicent Cervera, ha destacado las actuaciones desplegadas estos últimos años por la Oficina Técnica de Obras y Proyectos (OTOP), que se han centrado en la ampliación de la red de parques solares fotovoltaicos, que ha permitido quintuplicar la producción de energía solar fotovoltaica para el autoconsumo de los edificios; la mejora de la eficiencia energética de los edificios más antiguos del campus, con medidas como la mejora del aislamiento térmico de cubiertas; la instalación de maquinaria de climatización más eficiente y con control centralizado -permite apagar o encender los sistemas de climatización e iluminación de manera centralizada-, y la sustitución de la iluminación por luces con tecnología LED de bajo consumo.
La dimensión de este registro –el menor consumo en verano desde 2003- todavía sorprende más si se tiene en cuenta que, en estos 20 años, el campus de Riu Sec ha multiplicado sus infraestructuras y equipamientos, con edificios como la Facultad de Ciencias de la Salud o la ampliación de la de Humanas; la Escuela de Doctorado y Consejo Social; los edificios de investigación I y II; Espaitec; las instalaciones deportivas al aire libre y la piscina; el Paranimf o edificios singulares como el Centro de Investigación en Robótica y Tecnología Subacuáticas (Cirtesu), entre otros.