orines en el Campanario de San Bartolomé

Los vecinos del Carmen denuncian ríos de orines en el Campanario de San Bartolomé

Llegando desde el carrer dels Serrans a la plaça de Manises tenemos un campanario sin iglesia, actualmente adosado a un edificio. Es el único vestigio de la antigua parroquia de San Bartolomé, que allí se encontraba hasta la década de 1940.

El campanario de San Bartolomé está a menos de 50 metros del palau de la Generalitat Valenciana y justo enfrente del palacio de la Batlia, donde se encuentra actualmente la Diputación de Valencia. En un bien que está protegido como Bien de Relevancia Local.

Los vecinos del barrio Carmen en su cuenta de «X» de «Basta de abusos en Ciutat Vella» denuncian la presencia de un río de orines desde la base de la torre del campanario. Señalan que este campanario lleva años pidiendo una limpieza e intervención pero que además cada fin de semana se convierte en un urinario improvisado casi a las puertas del Palau de la Generalitat Valenciana. Una imagen de la ciudad deplorable y aún peor el olor que tienen que soportar los vecinos y usuarios de la calle.

Ilustran la foto en la que se ve el río de orines con el siguiente texto:

«El líquido en el suelo del Bien de Relevancia Local Campanario de San Bartolomé no es lluvia sino pis y la putrefacción de la base es fruto del ácido úrico después de años de meadas. Este monumento lleva años pidiendo al Ayuntamiento: “hágame algo”»

Una triste realidad que no es sólo por las Fallas, sino que cada fin de semana pasa exactamente lo mismo, con cada «festival» de algunos incívicos aparece la base con un riachuelo de orines de animales de dos patas, que aprovechan el resguardo de la esquina para orinar.

El Ayuntamiento de Valencia debería haber puesto ya hace tiempo medidas concretas, pues esta situación ha sido denunciada en diversas ocasiones por la asociación Círculo por la Defensa del Patrimonio. Y por mucho que la alcaldesa efectúe declaraciones diciendo que «si cogemos a alguien orinando, le impondremos una multa de hasta 750€» los escasos agentes y la escasa voluntad hacen que las multas sean casi inexistentes, con lo que las palabras de la alcaldesa se las lleva de nuevo el viento, como en la mítica película.

La Lonja vallada

El Ajuntament de Valéncia valla La Lonja tras las vomiteras y orines del pasado fin de semana

La solución empleada para algunos monumentos como La Lonja ha sido vallarla a un metro de distancia, y este diario ha podido hablar con el concejal de Patrimonio que asegura que en estos días también se iba a vallar la zona de las Torres de Serranos y su foso «por seguridad y para evitar problemas» pero fuentes de la concejalía aseguran que están estudiando la colocación de paneles transparentes en algunos casos concretos para evitar este incivismo.

Las cámaras cuando están, que son escasas, no se conocen multas impuestas por la grabación de imágenes, eso en el mejor de los casos, pero la realidad es que la mayoría de puntos carecen de esta medida.

En las legislaturas pasadas se hicieron decenas de códigos de civismo, campañas de concienciación y buenas conductas que no sirvieron de nada. Papel mojado. Y si bien es cierto que es un problema heredado del anterior gobierno municipal, el actual gobierno de PP-Vox encabezado por Catalá no ha sabido ponerle solución, mientras los vecinos siguen exigiéndolas, semana tras semana.

Tras las Fallas vendrá la Semana Santa, San Vicente, los fines de semana y la fira de Juliol y el problema, si no se ataja convenientemente, seguirá y seguirá repitiéndose. Y no son las Fallas, es una conducta reiterada de unos pocos incívicos que se sienten impunes y orinan, vomitan, destrozan y molestan. ¿Hasta cuándo lo permitirá Mª José Catalá?

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