Hoy domingo Valéncia ha alcanzado los 42 grados centígrados, registrando así uno de los días más calurosos de lo que llevamos de año.
Este primer fin de semana del verano oficial no ha defraudado, y miles de personas —vecinos y turistas— han buscado refugio frente al mar Mediterráneo, llenando hasta la última toalla disponible en las principales playas urbanas como la Malvarrosa o la playa de la Patacona.
Desde primeras horas de la mañana, ríos de gente con sillas, sombrillas, neveras y bañadores se dirigían hacia la costa.
El ambiente veraniego no podía ser más completo: bandera verde ondeando, cielo despejado y mar en calma.
Las reservas en restaurantes y chiringuitos estaban completas ya desde mitad de semana, y muchos empresarios del sector turístico coincidían en que este iba a ser un fin de semana excelente en términos económicos.
Sol, mar y calor… pero también quejas ciudadanas
Aunque la jornada de ayer y hoy están transcurriendo en general con alegría y convivencia, no todo es armonía.
La policía local mantiene presencia constante para garantizar la seguridad de los bañistas, y aunque incautó algunas bolsas con bebidas que se vendían de forma ilegal, el ir y venir de vendedores ambulantes resulta prácticamente imposible de controlar.
Numerosos usuarios de la playa denuncian el precio “desorbitado” de muchos productos en los chiringuitos ubicados en la arena
Un agua por 2€ o una cerveza por 3.50-4 euros o un granizado por 4.5, precios que, según la opinión generalizada, deberían ser más accesibles para los turistas nacionales y los propios valencianos.
“Es responsabilidad del Ayuntamiento regular estos precios”, comentan algunos bañistas, quienes piden mayor intervención municipal para hacer del turismo algo sostenible también desde el bolsillo.
Además, la música alta en la playa se ha convertido en un problema creciente.
Cada vez más grupos llevan altavoces de gran potencia, rompiendo el ambiente de tranquilidad que muchos buscan.
Personas como Saturnina, habitual de la playa, afirman que
“igual que hay un cartel para prohibir perros, debería haberlo para limitar el uso de música alta. Si quieres música, que la escuches tú, no todos los demás”.
Incivismo, alcohol y falta de regulación
El calor extremo invita a beber, y en algunos casos, a excederse con el alcohol, lo que deriva en conductas incívicas que incomodan a muchas familias que solo buscan disfrutar del día.
Jesús, otro de los presentes, propone incluso un eslogan:
“La música es para tus oídos” o “bebe con mesura, o serás expulsado de la playa”, como una llamada a la responsabilidad ciudadana y a la acción por parte de las autoridades.
Los testimonios coinciden en que el Ayuntamiento debe establecer normas claras que protejan la convivencia en las playas, especialmente en días de máxima afluencia como este.
Además, hay preocupación por el riesgo de bañarse tras consumir alcohol, una conducta que puede tener consecuencias fatales y que debería contar con algún tipo de control o advertencia visible.
Equilibrio entre ocio y respeto
A pesar de estos inconvenientes, la mayoría de los presentes reconocía que la playa sigue siendo el mejor refugio ante el calor extremo.
La jornada está dejando imágenes propias de postal veraniega: niños jugando en la orilla, grupos de amigos compartiendo comida bajo sombrillas, y familias enteras disfrutando de una pausa refrescante frente al sofocante calor urbano.
No obstante, para mantener esta armonía en el tiempo, muchos coinciden en que es necesario reforzar la normativa de uso de los espacios públicos.
La playa es de todos, sí, pero también debe respetarse el derecho al descanso, la seguridad y la convivencia.
Un equilibrio que, de lograrse, hará del litoral valenciano un verdadero paraíso veraniego.