La familia de Nathan Osman pide aclarar su muerte en un acantilado de Benidorm
Un turista británico muerto 24 horas después de aterrizar en España
Nathan Osman, de 30 años y vecino de Pontypridd, en el sur de Gales, fue hallado muerto al pie de un acantilado de unos 200 metros de altura en Benidorm en septiembre de 2024, apenas 24 horas después de llegar a la Costa Blanca para pasar un fin de semana con amigos.
Su cuerpo fue localizado por un agente de policía fuera de servicio y la autopsia determinó que había fallecido por graves lesiones en la cabeza y el abdomen compatibles con una caída desde gran altura. En aquel momento, los investigadores no apreciaron signos externos de agresión y la policía española calificó el caso como un “trágico accidente” mientras el joven regresaba solo a su hotel.
La versión de la familia: “Los datos del móvil no encajan con un accidente”
Más de un año después, la familia de Osman sostiene que hay elementos que cuestionan esa primera conclusión y apuntan a un posible crimen. El giro llega cuando, hace unos meses, reciben el teléfono móvil del fallecido y revisan su contenido a través de una aplicación de salud y actividad física.
Según explica su hermano Lee Evans, el registro de pasos, distancias y ritmo que recoge el dispositivo no sería compatible con el desplazamiento a pie hasta la zona remota en la que apareció el cuerpo. “La aplicación ofrece un desglose por tramos de diez minutos: distancia, ritmo, mediciones… y todo apunta a que Nathan no pudo llegar allí caminando ni siquiera corriendo”, sostiene.
Para la familia, el rápido ascenso que reflejan esos datos solo tendría sentido si el joven hubiera viajado en un vehículo. A partir de ese análisis, calculan que Osman habría muerto aproximadamente media hora después de ser captado por última vez por las cámaras de seguridad de la zona de ocio.
Hasta 27 cámaras que podrían haber grabado sus últimos pasos
Los allegados también han rastreado el entorno del acantilado y el recorrido entre la zona turística y el lugar donde apareció el cuerpo. Aseguran haber localizado al menos 27 cámaras de seguridad —de locales, edificios y vías de acceso— que, a su juicio, podrían haber registrado los últimos movimientos de Osman.
La familia contrasta este hallazgo con la información inicial recibida desde España, donde se les habría transmitido que no existían grabaciones útiles porque muchas cámaras “no funcionaban” o porque las imágenes ya habrían sido borradas. Este punto es uno de los que más les inquieta, ya que consideran que podría haberse perdido material relevante para aclarar lo ocurrido.
Críticas a la primera investigación: “No se trató como una escena del crimen”
Los padres del joven, Elizabeth y Jonathan, han mostrado públicamente su malestar con la forma en que se desarrolló la investigación en los primeros momentos. La madre, que viajó al acantilado, asegura que le resultó “increíble pensar” que su hijo hubiera llegado caminando hasta allí “a las cuatro de la mañana y en plena oscuridad”.
El padre, por su parte, lamenta que la zona no se blindara como posible escena del crimen. Sostiene que no se recogieron huellas de neumáticos ni pisadas y que no se tomaron muestras de ADN en el entorno inmediato del hallazgo. “Se podrían haber recuperado muchas evidencias y ya se han perdido para siempre”, critica.
Reapertura y nuevo cierre del caso en España
La presión de la familia y la nueva información aportada —tanto los datos del móvil como el listado de cámaras de seguridad— fueron trasladadas a las autoridades españolas, que decidieron reabrir la investigación a principios de 2025 para revisar el caso.
No obstante, y según la información trasladada por la familia, el procedimiento se cerró de nuevo en septiembre sin que se hayan comunicado cambios sustanciales en las conclusiones oficiales sobre la muerte de Nathan Osman. Los allegados insisten en que seguirán reclamando que se agoten todas las vías posibles para esclarecer si el joven fue víctima de un accidente o si, como temen, su fallecimiento pudo ser consecuencia de una acción delictiva.
Mientras tanto, el entorno del británico continúa recabando apoyo y difusión para mantener vivo el caso y lograr que cualquier testigo o persona que pudiera haber visto algo aquella noche en Benidorm dé un paso al frente y aporte información a las autoridades.
















