Valencia, 13 de diciembre. Cada año, la celebración de Santa Lucía de Siracusa (283-304 d.C.) ilumina el corazón de la fe cristiana, especialmente para aquellos que sufren problemas de visión. Esta joven mártir siciliana, cuyo nombre proviene del latín lux (luz), es un faro de esperanza y un testimonio de valentía en tiempos de la persecución de Diocleciano.
El Voto de Castidad y la Peregrinación Milagrosa
Nacida en una familia noble y rica de Siracusa, Lucía hizo voto de virginidad en secreto, consagrando su vida a Cristo. Su madre, Eutiquia, intentó casarla con un joven noble pagano. El curso de su vida cambió cuando Eutiquia enfermó gravemente de hemorragias.
Lucía convenció a su madre para peregrinar a la tumba de Santa Ágata en Catania. Allí, según la tradición, Lucía tuvo una visión de la propia Santa Ágata, quien le profetizó la curación de su madre y la gloria espiritual: «Por tu fe, tu madre será sanada. Y así como yo fui la gloria de Catania, tú serás la gloria de Siracusa».
Tras el milagro de sanación de Eutiquia, Lucía se sintió liberada para dedicar su vida y sus bienes a los pobres, rompiendo su compromiso matrimonial.
El Martirio y el Patrocinio de la Vista
La negativa de Lucía a casarse y la denuncia de su prometido desataron su cruel martirio. Las actas narran que fue sometida a tormentos por el procónsul Pascasio, quien, exasperado por su inquebrantable fe, no logró moverla ni arrastrarla a un prostíbulo, ni siquiera con bueyes.
La fuerte asociación de Santa Lucía con la vista y los ojos se origina en las tradiciones medievales y su rica iconografía. Existen varias leyendas:
La Leyenda del Pretendiente: Una de las más populares sostiene que la belleza de sus ojos atrajo tanto a un pretendiente que Lucía se los arrancó y se los envió, demostrando su consagración total a Dios. La historia cuenta que Dios, en respuesta, le devolvió unos ojos aún más hermosos.
La Luz de la Fe: Más allá de la leyenda, su nombre Lucía (luz) y la tradición de que sus verdugos le arrancaron los ojos (aunque ella pudo seguir viendo) consolidaron su patronazgo como la protectora de la vista física y, simbólicamente, la luz de la fe que ilumina el alma.
El 13 de diciembre, día de su fallecimiento por decapitación en el año 304, es su festividad. Es patrona de los oftalmólogos, modistas, sastres y, sobre todo, de aquellos que padecen enfermedades oculares, siendo un símbolo de la luz que permanece, incluso en la más profunda oscuridad.
📍 La Parroquia de Santa Lucía en Valencia
En cuanto a la localización de su parroquia en Valencia, la antigua capilla asociada al Parque del Antiguo Hospital General, actualmente conocido como Biblioteca Pública de Valencia y MuVIM, es en realidad una venerada Ermita.
La Ermita de Santa Lucía se encuentra ubicada en:
Dirección: Calle del Hospital, 15, 46001 València.
Esta ermita tiene sus orígenes vinculados al antiguo Hospital de los Pobres Inocentes y es la sede de la Cofradía de Santa Lucía, fundada incluso antes que la actual ermita (la fábrica actual se terminó en 1511). Hoy en día, es un punto clave de la devoción en la Ciutat Vella de Valencia.

















