Cada semana la misma cantinela tienen que soportar los vecinos de la Roqueta, y de nuevo vuelven a denunciar que hasta tres patrullas de policía sobre las 5 de la mañana se han tenido que personar en el lugar por los gritos en la Calle San Vicente, justo en la puerta de una conocida discoteca.
Los vecinos aseguran que como cada fin de semana los clientes alcoholizados de la conocida discoteca siguen la fiesta a altas horas de la madrugada, impidiendo el descanso de los vecinos una vez más.
El mismo problema en La Roqueta desde hace años
Primero los clientes hacen su fiesta particular, incluso en muchas ocasiones invadiendo la calzada, a veces incluso aparcando sus vehículos en zona prohibida para el estacionamiento. Otras veces se montan su particular botellón en las calles aledañas a la conocida discoteca.
Toda la noche en las puertas de la discoteca sufren gritos y peleas de jóvenes alcoholizados. Las imágenes de clientes orinando entre dos coches o vomitando es la tónica normal de unos vecinos que sufren años sin poder descansar cada fin de semana.
Cada mañana, orines en los patios, en las fachadas de los edificios, vomiteras, y falta de limpieza, tras una noche de juerga.
Los vecinos exigen soluciones
Los vecinos exigen tras años de soportar estos problemas soluciones y desde hace años no ven otra que el traslado de la conocida discoteca a un lugar apartados de viviendas para que otros no tengan que sufrir lo que ellos llevan sufriendo años.Pero también dan un fuerte toque al gobierno municipal de María José Catalá y Vox:
«Cambia el gobierno y siguen los mismos problemas»
«Anoche 5:00 de la mañana, otra vez se vulnera el derecho al descanso #gritos #ruido Hasta 3 coches de policia local vlc tuvieron que venir a la puerta de la discoteca.Cambia el gobierno siguen los mismos problemas.Soluciones ya!!».
Los vecinos ya han agotado su paciencia y necesitan tener esperanza, porque admiten que de cara a Fallas pueden tener que vivir un infierno cada noche y quieren garantías de poder conciliar su derecho al descanso.
