El campo arruinado y ahora multado
Los agricultores siguen a la greña, y se cansan de las buenas palabras de los políticos, incluso alguno de ellos va a saludarles y decirles que les apoyan, pero la realidad es que soluciones a sus problemas ninguna.
Los problemas se acumulan en un campo cada vez más envejecido y donde el abandono de tierras es común, especialmente en la Comunitat valenciana donde reina el sistema del minifundio. Parece que las autoridades españolas y europeas se niegan a pensar que en la Comunitat Valenciana la mayoría de agricultores poseen pequeñas parcelas y siguen legislando pensando en las grandes corporaciones o terratenientes que poseen miles de hectáreas de terreno, obligando a un agricultor con unas pocas hanegadas a cumplir los mismos requisitos que las grandes corporaciones internacionales. Europa no distingue entre unos y otros, y España no hace nada por esta distinción.
La edad media del agricultor valenciano es de 65 años y el porcentaje de tierras abandonadas ya roza el 40% superando el 50% en zonas como L’Horta de Valéncia
Con este panorama el sector primario valenciano tiene un futuro desolador. Incierto por no decir condenado a la total extinción.
Muchas leyes para absolutamente nada
La Ley de la cadena alimentaria prohibe comprar o vender a pérdidas, pero al agricultor le siguen pagando por debajo de costes las grandes cadenas de alimentación, y se ve obligado a vender para no perder hasta la camisa. La ley de trazabilidad exige saber el origen de los productos, pero en muchos casos o es imposible o «múltiples errores» en los etiquetados aseguran que es uno y finalmente es otro.
Esta semana el Ministro Luis Planas aseguraba que los controles de productos agroalimentarios son los mismos en todas las fronteras exteriores de la UE, pero los agricultores siguen exigiendo más controles en coladeros como el puerto español de Algeciras o el de Rotterdam. Un ministro que no resuelve y sigue mirando a otro lado.
Robos, prohibiciones y convertir a los agricultores en oficinistas con un cuaderno digital que España quiere imponer antes que nadie. Todo son problemas para cultivar y el sureste español ha pasado de ser la huerta de Europa al erial absoluto. Encima si sumamos los problemas derivados de la falta de agua, especialmente en Alicante y Murcia, la tormenta ya es perfecta.
Las multas a los agricultores
Esta misma semana 200 agricultores del campo de Murcia denunciaban junto al agricultor youtuber Juanvi Palleter las multas que les ha impuesto el gobierno por salir a protestar a las calles, entre 600 y 1.500€.
«Los Guardias Civiles nos pidieron que desistiésemos de nuestras protestas y no habrían consecuencias, nos volvimos a casa y nos han llegado multas de cerca de 1.000€ cada una. Nos han engañado nuevamente»
Así, los agricultores denuncian una vez más cómo han sido engañados por un Gobierno y unas autoridades que una y otra vez les dan la espalda con su actitud e intentan justificar su total inacción con medidas que no van a ningún sitio y que ya existen.
El afán recaudatorio del gobierno se une a la imposibilidad de informar porque los mismos mandos policiales ponen trabas al libre ejercicio del derecho de información, cargando directamente contra agricultores y literalmente «atacando» a los mismos como sucedió en el Puerto de Valencia ante una sentada o a la prensa como sucedió en el mismo lugar hacia nuestro medio, intentando impedir el derecho de libertad de prensa y expresión.
Así no, esto no se soluciona con multas y mano dura al estilo franquista, sino con reuniones con los afectados e intentando aportar soluciones, pero escuchar es una virtud de la que parecen carecer la mayoría de nuestros políticos sólo dados a oír ( que no escuchar) y posar para la foto. Así, el sector primario va a la ruina y nuestra soberanía alimentaria se ha ido directamente por el retrete.
