El Juzgado de lo Contencioso Administrativo desestima el recurso de Divarian y Coral Homes, propietarios del Hotel Sidi Saler, reafirmando la caducidad de su licencia de actividad. La decisión respalda la protección del Parque Natural de la Albufera, mientras los ecologistas insisten en la necesidad de demoler el edificio.
El emblemático Hotel Sidi Saler, que una vez fue un referente del turismo de lujo en Valencia, continúa atrapado en una prolongada batalla legal. El 14 de octubre de 2024, el Juzgado Núm. 5 de lo Contencioso Administrativo dictó sentencia en contra del recurso presentado por las empresas Divarian y Coral Homes, actuales propietarias del hotel, quienes pretendían reactivar su licencia de actividad. Esta primera resolución judicial supone un obstáculo para la reapertura del hotel, que lleva cerrado desde 2011, y fortalece las posturas ecologistas que defienden la demolición del edificio y la restauración completa de los ecosistemas de la Albufera.
El declive de un hotel emblemático y la lucha por la Albufera
Construido en los años 70, el Hotel Sidi Saler fue durante décadas un símbolo del auge turístico en la costa valenciana. Situado en el corazón del Parque Natural de la Albufera, el hotel ofrecía una ubicación privilegiada a pocos metros de la playa y del emblemático lago de la Albufera. Sin embargo, a medida que la conciencia ambiental fue ganando peso en las políticas urbanísticas, la presencia del hotel en una zona tan sensible como la Albufera comenzó a generar crecientes críticas.
Tras su cierre en 2011, el futuro del Sidi Saler ha sido objeto de debate constante. Las instalaciones del hotel permanecen cerradas desde entonces, y los planes de rehabilitación presentados por las empresas propietarias han chocado con la firme oposición de organizaciones ecologistas como Acció Ecologista-Agró, que han abogado siempre por la demolición del edificio y la recuperación de los sistemas dunares que se vieron alterados por su construcción.
La sentencia: Un nuevo capítulo en la controversia
El reciente fallo del Juzgado Núm. 5, que declara la caducidad de la licencia de actividad del hotel, se fundamenta en que el establecimiento ha permanecido inactivo durante más de dos años sin causas justificadas. Según la normativa vigente, una licencia ambiental caduca cuando una instalación cesa su actividad durante más de dos años, salvo en casos de fuerza mayor. Las empresas Divarian y Coral Homes habían argumentado que la pandemia de COVID-19 y el retraso en la obtención de una concesión de dominio público por parte de la Demarcación de Costas habían sido factores determinantes para la inactividad prolongada del hotel.
Sin embargo, la sentencia no acepta esta justificación, señalando que el hotel lleva cerrado desde 2011, y que las circunstancias excepcionales esgrimidas por los propietarios, como la pandemia, solo se aplican a partir de 2019. Además, el fallo recalca que las mercantiles no solicitaron una prórroga de la licencia hasta el año 2022, lo que refuerza la caducidad de la misma.
Un conflicto entre desarrollo y protección ambiental
La ubicación del Hotel Sidi Saler en pleno Parque Natural de la Albufera ha sido uno de los puntos más sensibles de este conflicto. Las organizaciones ecologistas, encabezadas por Acció Ecologista-Agró, consideran que la reapertura del hotel es incompatible con la conservación de uno de los ecosistemas más valiosos de la Comunidad Valenciana. Para los ecologistas, el mantenimiento del hotel, o cualquier intento de reactivar su actividad, supone una amenaza para la biodiversidad de la Albufera, que incluye especies protegidas de flora y fauna.
Además, sostienen que el cordón dunar, fundamental para la estabilidad del ecosistema costero, ha sido severamente alterado por la construcción del hotel. Por ello, su principal demanda es la demolición total del edificio y la restauración de las dunas, lo que permitiría la recuperación natural de la zona.
Acció Ecologista-Agró, que se ha personado en el proceso judicial, ha acogido con satisfacción la decisión del Juzgado Núm. 5, considerándola un primer paso hacia la definitiva protección del parque. En palabras de un portavoz de la organización: “El fallo judicial demuestra que no existen justificaciones para mantener en pie un hotel que atenta contra la salud ambiental de la Albufera. Ahora, más que nunca, es el momento de plantear soluciones que prioricen la conservación del entorno sobre los intereses económicos”.
Un proceso judicial lejos de concluir
A pesar de esta primera victoria para los defensores del Parque Natural de la Albufera, el proceso judicial en torno al Hotel Sidi Saler está lejos de concluir. Las mercantiles Divarian y Coral Homes han anunciado que recurrirán esta sentencia ante el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana, lo que alargará aún más el conflicto.
Por otro lado, sigue pendiente un segundo procedimiento judicial, tramitado por el Juzgado Núm. 9 de lo Contencioso Administrativo, relacionado con la desestimación de la licencia de obras solicitada por las empresas para realizar reformas en el hotel. La sentencia sobre este segundo caso se espera para finales de este mes o noviembre, y podría marcar un hito definitivo en el futuro del Sidi Saler.
Los ecologistas, por su parte, han reafirmado su compromiso con la defensa del parque natural y han dejado claro que continuarán luchando en los tribunales para impedir cualquier intento de reabrir el hotel. Según Acció Ecologista-Agró, la única solución viable es la demolición del Sidi Saler y la restauración de la zona, una posición que han defendido desde hace más de una década.
Un debate de futuro: turismo y sostenibilidad
El caso del Hotel Sidi Saler abre un debate más amplio sobre el modelo de turismo que debe seguir Valencia en el futuro. Mientras algunos sectores económicos abogan por la rehabilitación de infraestructuras como el Sidi Saler para revitalizar el turismo en la costa, las organizaciones ecologistas y muchos ciudadanos defienden un enfoque que priorice la sostenibilidad y la protección de los ecosistemas frente a los intereses comerciales.
La Albufera, declarada parque natural en 1986, es un espacio único que alberga una gran diversidad de especies y forma parte del convenio Ramsar para la protección de humedales. Su importancia ecológica y paisajística lo convierte en un enclave de altísimo valor que debe ser preservado para las futuras generaciones.
En este sentido, las autoridades locales y autonómicas deberán enfrentar decisiones clave en los próximos años: ¿cómo equilibrar la conservación de espacios naturales con el desarrollo turístico? ¿Es compatible la explotación económica de áreas como la Albufera con la preservación de su biodiversidad?
El destino del Sidi Saler sigue siendo incierto, pero una cosa está clara: el resultado de este conflicto tendrá un impacto duradero en el futuro del Parque Natural de la Albufera y en el modelo de desarrollo que Valencia elija seguir.
¿Qué opinas sobre el debate entre turismo y sostenibilidad? ¿Crees que debería demolerse el Sidi Saler para proteger la Albufera?