El temporal deja a cientos de pasajeros atrapados en el aeropuerto de Manises, con cancelaciones de vuelos y desvíos, sin alternativas claras para quienes necesitan hacer conexión a destinos nacionales e internacionales
La Depresión Aislada en Niveles Altos (DANA) ha paralizado el tráfico aéreo en la Comunidad Valenciana, dejando el aeropuerto de Manises en un estado de caos con decenas de vuelos cancelados y muchos pasajeros bloqueados sin posibilidad de salir. La falta de información y las horas de espera están provocando frustración y agotamiento entre los viajeros. Usuarios en redes sociales, como @jmmoleros, han compartido la difícil situación que están viviendo: largas esperas, falta de asientos y comida a precios elevados, mientras aguardan alguna noticia sobre sus vuelos.
Testimonios desde el aeropuerto: horas de espera y sin opciones claras
Los testimonios de los pasajeros atrapados reflejan un ambiente de desesperación. Personas que llevan horas esperando, algunas hasta seis horas, explican que las opciones son limitadas, ya que no se han habilitado suficientes asientos y las zonas de descanso se encuentran desbordadas. En muchos casos, los viajeros han tenido que acomodarse en el suelo y en las escaleras, ya que las zonas de espera no cuentan con la capacidad necesaria para gestionar el volumen de personas afectadas por la cancelación de vuelos.


Cancelaciones y desvíos: el reto de los pasajeros en tránsito
El bloqueo del aeropuerto ha complicado especialmente a aquellos que necesitan hacer transbordo hacia otros destinos nacionales e internacionales, quienes ahora enfrentan una situación aún más incierta. Con los vuelos de conexión cancelados, muchos pasajeros corren el riesgo de perder sus vuelos y sus planes de viaje, generando una frustración aún mayor entre los afectados.
Falta de información y asistencia a los pasajeros
Uno de los problemas principales que denuncian los pasajeros es la falta de información actualizada por parte de las aerolíneas y del propio aeropuerto. La escasa comunicación y la ausencia de alternativas han generado descontento entre los usuarios, quienes esperan alguna solución o, al menos, un pronóstico sobre el restablecimiento de las operaciones. Aunque el personal de tierra intenta atender las preguntas, la gran cantidad de pasajeros y la incertidumbre climática dificultan ofrecer respuestas claras y rápidas.