Una situación tan compleja como la que tiene la Comunitat Valenciana no se resuelve con brochazos, ni con análisis vacuos o etéreos de técnica. Se necesita justamente lo que más falta en este momento: tiempo. Pero para ello hay un dicho común: vísteme despacio que tengo prisa.
Ya sabemos todo lo que se ha sucedido en los días trágicos desde el fatídico martes 29 de Octubre, no haría falta narrarlos con pelos y señales, aunque a más de uno le convendría saber que la verdad no es de nadie, sino que es absoluta, cruda, dolorosa y agradable al mismo tiempo. Y vivir coherentemente con ella supone directamente poder dormir por las noches, algo que no es baladí si se tiene un mínimo de principios morales.
Pero dejemos a los tribunales actuar, ellos se encargarán de todas esas responsabilidades sobre todos los cruces de reproches que tan puerilmente se han ido cruzando unos con otros en aras de salvarse de las responsabilidades.
Nos ocupa algo más importante hoy por hoy, nos ocupa superar juntos esta emergencia que se ha convertido en una crisis multisectorial con tres únicas víctimas: la ciudadanía, el tejido empresarial (donde indudablemente incluyo a los autónomos) y la GVA (que tras los sucesos acaecidos se ha visto desprestigiada por las actuaciones llevadas acabo por la actual dirección política).
La ciudadanía esta afectada en todos los planos, su incertidumbre es total.
Y ante esto la Generalitat Valenciana tiene un deber indudable, ofrecer esperanza y certidumbre. Y eso se consigue liderando la respuesta, ofreciendo un proyecto común, sin siglas y con un objetivo claro: el bienestar de la ciudadanía.
Los problemas de la ciudadanía
Los problemas de la ciudadanía se pueden englobar en las siguientes áreas:
- La seguridad (la integridad física de las mujeres, el respeto de la propiedad privada y la protección de los derechos de los menores frente a grupos organizados ).
- La movilidad (el reto de la compra de vehículos a motor al haberse destrozado más del 90% de los existentes en la zona afectada, la restauración de las vías públicas e infraestructuras públicas para garantizar las conexiones tanto mediante vehículo propio como mediante transportes colectivos).
- La economía familiar (los gastos propios del día a día para vivir de forma digna).
- Los víveres (el sustento diario y las medicinas).
- El estado del bienestar (la educación de los menores y los alumnos de formación profesional y universitaria, la sanidad como sistema efectivo al servicio del ciudadano con los desafíos que conlleva su efectividad inmediata, la vivienda digna temporal y la gestión de la restauración de los hogares reedificando o
restaurando, según los arquitectos indiquen y el empleo como garantía de recuperación económica familiar e individual, protegiendo en ese 30% restante no cubierto por el Estado ante los ERTE, garantizando así la percepción del sueldo íntegramente).
Y por otro lado se encuentran las necesidades propias de las empresas afectadas y de los autónomos. Las cuales pueden reflejar, por actividad económica una similitud idéntica: la caja y el flujo económico (afrontar pagos con las distintas administraciones o con entidades crediticias, con proveedores, con partners o incluso con clientes), los pasivos fijos por actividad económica (el pago de alquileres o hipotecas sobre inmuebles, los pagos de nóminas, pagos de IVA, pagos de cuotas de autónomo, los pagos de seguros o los pagos de mantenimiento de
cuentas bancarias activas).
Sin embargo, hay que hacer una mención especial a los autónomos, ya que su negocio son ellos mismos trabajando de forma profesional en algún sector. Lo que significa que su patrimonio es su actividad económica, lo que a su vez significa que su única línea de ingresos es dicha actividad. Es por ello que contemplar medidas específicas que los equiparen a trabajadores supondría un gran avance en la protección social de sus familias, garantizando el bienestar de posibles menores a su cargo o de otras posibles personas dependientes a su cargo.
La señora Ministra Dña. Diana Morant ofrece sus apoyos para crear un gobierno de técnicos, algo que llevo pidiendo en determinadas esferas, y bien conocida es mi postura en el PPCV y en el PSPV. En el caso de la Ministra se añade un calendario excesivamente corto, ya que para atender a todas las necesidades de la ciudadanía y del tejido empresarial se necesita al menos un año y medio.
Una vez más el tiempo deja de ser una variable más y se convierte en un factor.
Necesitamos un año y medio porque para llevar a cabo solo el reto económico-financiero y fiscal que necesita la ciudadanía y el tejido empresarial se necesitan 2 meses de intenso trabajo para configurar la legislación, las herramientas y los planes de actuación en base a las dos anteriores. Ni que decir tiene la fase de ejecución en el que se requiere de al menos un año, y que en función de las necesidades del tejido empresarial se puede ir modificando según sus necesidades, no así las de la ciudadanía, las cuales debe permanecer protegida durante todo el periodo de vigencia de la emergencia y el proceso de estabilización económica para garantizar la vida digna de todas las personas.
Y al margen de estos retos hay que plantearse diversos análisis: de nuestros protocolos de emergencias, del nivel de endeudamiento financiero de la GVA ante crisis tan profundas en la sociedad y en el tejido empresarial, de la necesidad de nuevas presas y la limpieza de caudales y espacios naturales, de la edificación en zonas inundables, y de los parkings en altura para evitar episodios similares en el futuro, así como una reflexión importante sobre lo que es susceptible de ser sometido a austeridad y lo que no puede ser restringido económicamente desde las
arcas públicas.
Quiero dar las gracias en especial como voluntario a las fuerzas y cuerpos de seguridad, de emergencia y cuerpos sanitarios por la gran labor que realizan en el terreno y por lo que aun queda por hacer. Y creo que es un deber moral pedir al Ministerio de Defensa, de Dña. Margarita Robles, a proporcionar como mínimo el doble de los recursos, humanos y de maquinaria, dados a la C. Valenciana en menos de dos semanas que se sumen a los ya existentes sobre el terreno, la reconstrucción requiere de un nivel de velocidad y exhaustividad imposibles de abarcar con los recursos actuales. Y el objetivo debe ser cerrar las operaciones de limpieza y rescate antes del 30 de Diciembre de 2024 de forma exitosa para todas las localidades afectadas, sin excepción.
Como CEO de mi empresa, especializada en estrategia empresarial y asuntos públicos a nivel nacional, quiero alzar la voz para concienciar a los poderes públicos sobre que las personas voluntarias y las donaciones deben ser un recurso accesorio y no principal como ha supuesto en esta crisis.
No debe ser el pueblo el que salve al pueblo, sino las distintas administraciones públicas las que lo hagan.
En conclusión: hay que conformar un gobierno técnico liderado por el Partido Popular para un año y medio, lleno de personas especialistas en su área, expertos con experiencia y con vicepresidentes sectoriales y uno que se encargue de la reconstrucción de forma estratégica, a la par que debe conformarse un nuevo Consell con titulares de cartera que entiendan la gravedad en todas sus dimensiones. Solo de esta forma se conseguirá cerrar la crisis institucional de desprestigio que vive la GVA dirigida por el Sr. Mazón y sus actuaciones.