Un acto truncado por los gritos y la indignación de 190 accionistas: el club pasa a votación directa y emite un comunicado condenando los hechos.
Un inicio que duró apenas diez minutos
La Junta General Ordinaria de Accionistas del Valencia CF, celebrada en Mestalla este jueves, se convirtió en un evento marcado por la tensión y las protestas. Apenas diez minutos después de su inicio, el Consejo de Administración del club decidió suspender la sesión debido a las continuas interrupciones por parte de un grupo de 190 accionistas presentes. Sin posibilidad de continuar, el Valencia optó por un giro drástico: abandonar el acto y proceder directamente a la votación de los puntos del orden del día, cuyos resultados serán publicados en la sede electrónica del club.
La escena fue caótica. Los asistentes coreaban consignas como «¡Fuera, mentirosa!» y «Solís, fuera de Mestalla», dirigidas hacia la directiva. Esto obligó a los miembros del Consejo a retirarse del recinto, dejando una estela de frustración entre los accionistas y espectadores.
Un clima de tensión acumulada
La suspensión de la Junta General no es un hecho aislado, sino el resultado de un clima de descontento que se ha venido acumulando durante los últimos años entre los seguidores y pequeños accionistas del club. Desde la llegada de Peter Lim como máximo accionista en 2014, el Valencia CF ha vivido una serie de decisiones controvertidas que han generado desconfianza y críticas entre sus aficionados.
La directiva, encabezada en esta ocasión por Lay Hoon Chan y Javier Solís, intentó calmar las aguas con medidas como la reducción del número de acciones necesarias para asistir a las juntas, buscando así fomentar la participación de pequeños accionistas. Sin embargo, lejos de pacificar la situación, esta medida parece haber dado voz a una oposición más activa y decidida a mostrar su descontento.
Declaraciones de los accionistas
«Es inadmisible lo que está ocurriendo con nuestro club», comentó uno de los accionistas presentes que prefirió mantenerse en el anonimato. «Nos han robado el Valencia y ahora ni siquiera tienen la decencia de dar la cara en una Junta. Esto no es democracia; es un espectáculo bochornoso».
Otros asistentes, menos efusivos pero igualmente críticos, destacaron la falta de transparencia en la gestión del club. «Siempre nos dicen que todo está bien, pero cuando preguntas algo incómodo, simplemente se levantan y se van», añadió otro accionista.
Un comunicado que agrava la situación
Horas después de la suspensión, el Valencia CF emitió un comunicado oficial en el que calificaba de «inaceptable» el comportamiento de los accionistas presentes. Según el club, las protestas impidieron en repetidas ocasiones la intervención de la mesa, dificultando el desarrollo normal de la Junta.
El comunicado también destacó que la medida aprobada en 2023 para facilitar la participación de más accionistas había sido tergiversada por una minoría que «perturbó el acto». No obstante, esta narrativa no ha hecho más que avivar las críticas de quienes sienten que el club está desconectado de su base social.
Héctor Gómez documenta el caos
El periodista deportivo Héctor Gómez, conocido por su cercanía al club y su constante cobertura en redes sociales, fue testigo de lo sucedido. A través de su cuenta en X (anteriormente Twitter), Gómez compartió vídeos y fotografías del momento en el que la directiva decidió abandonar el recinto.
«Lo que ha ocurrido hoy en Mestalla es el reflejo de un club dividido y de una afición que ya no confía en quienes lo gestionan», escribió en una de sus publicaciones.
Las consecuencias de un conflicto sin resolver
La suspensión de esta Junta General pone de manifiesto la creciente desconexión entre la directiva y su masa social. Aunque el Valencia CF sigue siendo uno de los equipos históricos del fútbol español, los conflictos internos y las decisiones polémicas han lastrado su reputación tanto dentro como fuera del campo.
El club enfrenta ahora una doble crisis: la deportiva, con resultados mediocres en las últimas temporadas, y la institucional, con una base de aficionados cada vez más descontenta y exigente.
¿Qué sigue para el Valencia CF?
El Valencia CF debe afrontar un futuro lleno de interrogantes. Mientras la directiva defiende sus decisiones y califica las protestas como actos aislados, los accionistas piden un cambio de rumbo que devuelva al club a sus raíces y recupere su esencia.
En este contexto, la transparencia, el diálogo real y un plan de gestión sólido se perfilan como las únicas vías para sanar las heridas de una institución que, más que nunca, necesita unión.
¿Qué opinas? ¿Es este el inicio de un cambio o solo otro capítulo en una historia de desencuentros?