Identificados dos grafiteros en Valencia que defienden su arte como un movimiento social por la salud mental
Valencia, 23 de abril de 2025
La Policía Local de Valencia ha identificado este miércoles a los presuntos autores de una serie de grafitis aparecidos en distintas calles de la ciudad, caracterizados por sombras estilizadas y ojos verdes. Se trata de dos varones, uno de nacionalidad española (30 años) y otro suizo (31), sorprendidos por los agentes mientras realizaban una nueva pintada en la intersección de las calles Pintor Ferrandis y José Ballester Gozalvo.
Según recoge el atestado remitido a la Policía Nacional, que ha asumido las investigaciones, ambos individuos se enfrentan a un delito continuado de daños contra bienes de titularidad pública.
Un mensaje tras las pintadas
Poco después de conocerse la intervención policial, el dúo publicó una respuesta en redes sociales desde su perfil de Instagram, denominado La Sombra, que se autodefine como un “movimiento social”. En una serie de stories, expresaron sus disculpas a quienes se hayan sentido afectados por su obra, al tiempo que defendieron su acción como una forma de arte y reivindicación social.
“La Sombra no es delincuencia. La Sombra es reivindicación. No se trata de política ni de ideología, sino de promover un futuro donde la salud mental sea mejor considerada”, afirman en su comunicado. “No es solo graffiti, es interacción y juego. Es un movimiento social. Nadie merece ser juzgado por ello. ‘La Sombra somos todos’”.
Asimismo, han anunciado que suspenderán temporalmente su actividad en Valencia como consecuencia de los hechos recientes.
Entre el arte urbano y la legalidad
El caso ha reabierto el debate en torno al límite entre el arte urbano y el vandalismo, especialmente cuando se lleva a cabo sobre mobiliario o muros públicos sin autorización. Aunque el colectivo insiste en que su intención es “remover conciencias de forma amigable y divertida”, las autoridades locales insisten en que los daños sobre bienes públicos no pueden justificarse como expresión artística sin el marco legal correspondiente.
Por el momento, la investigación sigue en curso, y no se descarta que puedan imputárseles más hechos similares ocurridos en las últimas semanas en distintos barrios de la ciudad.
Un posible delito contra el patrimonio cultural
Entre las pintadas realizadas, una de ellas fue hecha en los muros del ex convento de San José y de Santa Teresa, ubicado en la plaza del Portal Nou. Este edificio está catalogado y protegido como Bien de Relevancia Local (BRL) y por lo tanto, puede haberse cometido un delito tipificado en el artículo 323 del Código Penal.
La asociación Círculo por la Defensa del Patrimonio ha recordado en su redes sociales que «en el momento en que pintas en los muros y paredes de un bien del patrimonio cultural, protegido como BIC y BRL, NO ES ARTE, es un delito tipificado en el Código Penal. Las reivindicaciones sociales, por muy justas y necesarias que sean, no deben realizarse de esta manera».
Recuerdan, además, el grave problema que tiene la ciudad de Valencia desde hace años con las pintadas y grafitis delictivos que afectan a los bienes patrimoniales protegidos, así como a innumerables edificios de Ciutat Vella y de otros barrios de la ciudad que tienen algún nivel de protección.