Valencia — ¿Quién necesita un hotel de cinco estrellas cuando puedes tener cinco picaduras de mosquito gratis? Valencia, ciudad de las flores, la luz y el amor… ha decidido innovar en materia de alojamiento: ahora ofrece, cortesía de su gloriosa dejadez institucional, una experiencia exclusiva para quienes buscan vivir la aventura extrema en el mismísimo Jardín del Turia.
Olvida Ibiza, cancela tu vuelo a Bali. Si quieres naturaleza, emociones fuertes y riesgo a partes iguales, lo que necesitas es una tienda de campaña bajo un puente del río seco más bonito del mundo. Eso sí, el «paquete experiencia» incluye gratis ratas correteando por tu almohada improvisada, frío que pela en invierno, calor de horno en verano y visitas ocasionales de simpáticos agentes de seguridad que te invitan, amablemente, a “desalojar o bañarte en el estanque recién construido”.
Porque sí, en un giro maestro digno de premio Nobel de Urbanismo Cómico, el Ayuntamiento ha decidido que la mejor manera de resolver el problema de los indigentes no es construir viviendas sociales, ni ampliar los programas de ayuda, ni reforzar las redes de asistencia. ¡No, hombre, no! Mejor llenamos el antiguo cauce de charquitos de agua para que las tiendas no puedan plantarse. Inteligencia estratégica nivel SimCity en modo fácil.

Y si te pican los bichos o te comes un bocadillo roído por las ratas, no hay problema: Metges del Món ya ha avisado que la situación es insalubre. Pero tranquilo, que la solución mágica sigue siendo la misma desde tiempos inmemoriales: hacer como que no vemos nada y confiar en que la próxima lluvia —o la próxima orden de desalojo— lo solucione todo.
Eso sí, en su defensa hay que decir que Valencia sigue apostando por el turismo experiencial. Ahora, además de la Ruta de la Seda o la Fiesta de las Fallas, puedes reservar tu «estancia» en el Resort Puente de las Flores o el Glamping Viveros Sur, donde el único requisito es no tener casa ni dinero.
Una propuesta pionera que, sin duda, será tendencia mundial en cuanto algún gurú de marketing le ponga nombre en inglés: «Urban Outdoor Living Adventure» suena bien, ¿verdad?
Mientras tanto, los verdaderos protagonistas de esta historia —los centenares de personas sin hogar que viven bajo el Turia— seguirán allí, sobreviviendo entre la indiferencia, los mosquitos y los estanques de agua estancada. Porque en Valencia somos muy de cuidar las tradiciones. Y la de mirar para otro lado ya es casi Patrimonio de la Humanidad.
