La Asociación Vecinal de Almardà, Corinto y Malvarrosa critica la concesión del distintivo internacional por el deterioro, la falta de accesibilidad y el abandono estructural que sufren estas playas, y reclama medidas urgentes de regeneración.
Una nueva controversia agita la costa norte de Sagunto. La reciente concesión de la Bandera Azul a las playas de Almardà, Corinto y, por primera vez, a la Malvarrosa de Sagunto, ha despertado las críticas de la Asociación Vecinal que agrupa a residentes y usuarios de esta zona. Lejos de celebrarlo como un reconocimiento merecido, lo interpretan como un gesto incoherente que ignora el grave deterioro que padecen estas playas desde hace años.
“Una bandera que no representa la realidad”
La Asociación Vecinal de las Playas de Almardà, Corinto y Malvarrosa ha expresado su “asombro” y “preocupación” ante lo que consideran una concesión injustificada. En un comunicado, aseguran que “la situación actual de las playas no cumple con los estándares exigidos para obtener una Bandera Azul”, haciendo referencia a aspectos como la regresión costera, el abandono del mantenimiento, la falta de accesos adecuados y una gestión ambiental que califican de insuficiente.
Especialmente crítica ha sido su valoración de la playa de la Malvarrosa, que recibe por primera vez este reconocimiento. Según la Asociación, esta playa presenta una evidente desaparición de arena, accesos defectuosos que imposibilitan el tránsito a personas con movilidad reducida y daños aún sin reparar tras los últimos temporales.
Críticas a la “propaganda institucional”
Los vecinos no solo ponen en duda la idoneidad del distintivo, sino que denuncian el uso del galardón como herramienta de propaganda. “Se utilizan estas banderas como reclamo turístico o político, pero no se actúa sobre los problemas de fondo que afectan a nuestras playas”, afirman.
El comunicado también lanza un dardo a las instituciones que, según la Asociación, “se esconden tras un premio para tapar la falta de inversiones y de planificación”, lo que en su opinión perpetúa la degradación del litoral norte de Sagunto. En este sentido, recuerdan que los criterios de la Bandera Azul incluyen requisitos específicos como la calidad del agua, accesibilidad universal, información ambiental y gestión de residuos, condiciones que —insisten— no se están cumpliendo en la práctica.
La visión del Ayuntamiento: “esfuerzo y reconocimiento”
Desde el consistorio, tanto el alcalde como el concejal de playas han defendido la validez de este reconocimiento. El alcalde subrayó que esta cuarta bandera azul representa un avance en la distinción individual de cada playa —en concreto, diferenciando Corinto de Malvarrosa—, lo que interpreta como un acto de justicia territorial.
Por su parte, el concejal de playas destacó el trabajo realizado en materia de limpieza y mantenimiento, tareas encomendadas a SAG y otras áreas municipales. “Se ha trabajado mucho para lograrlo, especialmente en aspectos como la recogida de residuos, el acondicionamiento de las zonas de baño y la vigilancia”, explicó en declaraciones recientes.
Un proyecto de regeneración que no arranca
Más allá del debate sobre la Bandera Azul, el verdadero conflicto sigue siendo el estancamiento del prometido proyecto de regeneración de las playas del norte de Sagunto y Canet d’en Berenguer. La Asociación Vecinal denuncia que la Demarcación de Costas ha frenado la ejecución del plan, dejando sin respuesta una de las demandas históricas más acuciantes de la zona.
“No podemos seguir esperando mientras el mar sigue comiéndose nuestras playas. Hay riesgos para las personas, infraestructuras amenazadas y negocios en peligro”, advierten. Incluso insinúan que, de continuar esta inacción, podrían exigirse responsabilidades si se produjeran daños personales o materiales a consecuencia de la erosión y la falta de medidas de protección.
Una llamada a la movilización política y ciudadana
La Asociación exige al Ayuntamiento de Sagunto que asuma un papel más firme y proactivo. “El consistorio no puede limitarse a gestionar lo mínimo. Debe liderar este proceso, exigir al Gobierno central que cumpla con su parte y coordinarse con otros municipios costeros afectados por la regresión”, recalcan.
Además, animan a todos los grupos políticos del pleno municipal a presionar conjuntamente, dejando a un lado las siglas, para lograr que se desbloquee la regeneración pendiente. Consideran que solo desde la unidad institucional será posible trasladar la urgencia de la situación a las administraciones competentes.
Vigilancia vecinal y nuevas movilizaciones
La Asociación Vecinal, que ya ha organizado manifestaciones en años anteriores para denunciar el estado del litoral, asegura que mantendrá su compromiso de “vigilancia, denuncia y movilización” si no se avanza de manera inmediata y decidida. Anuncian posibles actos de protesta para los próximos meses si el proyecto de regeneración sigue paralizado.
“Las banderas no tapan los socavones, ni restauran la arena, ni construyen accesos. Queremos acciones reales, no reconocimientos vacíos”, concluyen desde la entidad.
Conclusión: ¿bandera azul o lavado de imagen?
El caso de las playas de Almardà, Corinto y Malvarrosa plantea una pregunta incómoda pero necesaria: ¿de qué sirve una distinción si no refleja la realidad del terreno? La Bandera Azul, en teoría, debería ser sinónimo de calidad, seguridad y sostenibilidad, pero para los vecinos se ha convertido en un símbolo de desatención y de políticas que premian la imagen antes que la acción.
Mientras la costa sigue perdiendo arena y las soluciones se retrasan, los residentes exigen realismo y compromiso. Y recuerdan que el valor de una playa no se mide por los galardones que ondean en sus mástiles, sino por el bienestar de quienes la viven cada día.
¿Crees que la Bandera Azul debería revocarse si no se cumplen los criterios? ¿Qué acciones urgentes propones para proteger el litoral norte de Sagunto? Participa con el hashtag #PlayasSaguntoReales.
















