Hoy 17 de Mayo se celebra el Día Mundial contra la LGTBIfóbia, esto significa el odio a los gays, lesbianas, transexuales, bisexuales,… sólo por ser diferentes al tener una orientación sexual contraria a la que algunos siguen considerando como “natural”.
Hoy en pleno siglo XXI, se siguen realizando terapias, ¿para qué?, pues eso, para nada, porque tener una opción sexual diferente no es síntoma de ninguna enfermedad y menos de ninguna “desviación”.
La enfermedad la tienen todas aquellas personas que a los que tienen una orientación sexual no heterosexual hay que “reconvertirlos”, eso se llama odio y se llama miedo a lo diferente.
Igual es miedo o es odio, pero la ley de peligrosidad social por ser homosexual pasó a la historia, pero ahora vivimos en nuestro país una segunda transición, en los que los unos y los otros se discriminan.
Sociedad polarizada
En una sociedad española tremendamente polarizada, unos hablan de lobbie gay y otros hablan de los “heteros reprimidos”, el valor está en el respeto mutuo, en saber que en la variedad sexual no importa, lo que importa son las personas y en el fondo, en teoría, todos somos iguales.
“No me considero ni mejor ni peor que nadie, y cuando cierro la puerta de mi casa, mi madre me enseñó que mi familia es aquél que se queda dentro cada día, no importa que sea hombre o mujer, importa que nos respetemos y nos queramos.”
La vergonzosa situación en el mundo
En 64 países del mundo se persigue la homosexualidad, en 12 de ellos se condena a muerte a los homosexuales, esa es la triste realidad. Mientras aquí nos peleamos por ser un poco más libres, en algunos países del mundo estás muerto sólo por tener una tendencia sexual diferente a la que dicta la norma.
Ni uno es tan bueno ni otro tan malo, así, no hubo reparos en un “supuesto gobierno gayfriendly” en celebrar la Supercopa de Fútbol en Arabia Saudí, un país que condena la homosexualidad y trata aún a las mujeres casi como objetos subyugados al varón dominante. Pero al gobierno socialista y de Sumar sólo le importó el dinero, no los derechos humanos.
Los derechos reconocidos están en retroceso, y mientras en las calles cada vez es más normal ver a dos chicos de la mano, o a dos chicas, seguimos retrocediendo y mandando mensajes de odio, de falta de respeto.
“Tu libertad acaba cuando trasgredes la mía”
Una realidad que pocos se aplican, no hay que ser intransigentes, apliquemos el sentido común -el menos común de los sentidos visto lo visto-, y sepamos convivir todos en igualdad. Nadie es más hombre ni más mujer por su tendencia sexual, reflexionemos y acabemos con los extremismos que no traen nada bueno, ni de un lado ni del otro.
Vivid vuestra sexualidad sin complejos, pero con respeto a los demás. Yo no tengo nada que celebrar y sí mucho que reflexionar y perseguir, la libertad común.