El presidente de la Generalitat Valenciana y líder del PPCV, Carlos Mazón, respalda públicamente la candidatura de Alberto Núñez Feijóo para continuar al frente del Partido Popular en el Congreso Nacional Extraordinario de julio.
Ni drama, ni sorpresa, ni filtraciones de pasillo. Carlos Mazón, presidente de la Generalitat Valenciana y del Partido Popular de la Comunitat Valenciana (PPCV), ha hecho lo que todo el mundo esperaba: avalar la candidatura de Alberto Núñez Feijóo para que repita como presidente del PP nacional. Y no lo ha hecho a escondidas ni entre susurros: lo ha firmado, lo ha publicado en redes y lo ha envuelto en ese tono solemne de quien cree que su gesto tiene más peso que la media de los trending topics del día.
Porque en tiempos donde la política nacional parece un constante thriller sin guion, el PP ha optado por la continuidad, y en Valencia, por la lealtad sin matices.
Un aval que suena a confirmación, no a noticia
En realidad, nadie en Génova esperaba otra cosa. La sintonía entre Carlos Mazón y Alberto Núñez Feijóo es bien conocida, tanto dentro como fuera del partido. Desde que el gallego asumió el timón de los populares en 2022, Mazón ha sido uno de sus barones más visibles, más activos y, probablemente, más agradecidos. Especialmente desde que el partido recuperó la Generalitat Valenciana en 2023 y consolidó así uno de sus principales feudos autonómicos.
Así que cuando este 23 de mayo, Mazón publicó en su cuenta de ‘X’ (sí, Twitter pero con rebranding millonario), que avalaba la candidatura de Feijóo “desde la plena confianza y con la certeza de que es lo que necesita España y la Comunitat Valenciana”, nadie levantó una ceja. Porque era exactamente lo que se esperaba. Quizás incluso lo que se exigía.
Palabras que parecen eslogan
El mensaje del president, además de institucional y formal, venía cargado de esas frases que bien podrían terminar impresas en la trasera de una pancarta de mitin: “política seria, honesta y cercana”, “devolver el rumbo y el liderazgo que merecemos”, “conmigo, miles de afiliados de Valencia, Alicante y Castellón”.
Todo muy medido. Todo muy PP. Todo muy año electoral, aunque no toque.
Porque aunque este Congreso Nacional Extraordinario del 4 al 6 de julio no es una cita con las urnas, sí lo es con el relato del poder interno. Y ahí, contar con avales como el de Mazón no solo suma: legitima, refuerza y proyecta imagen de unidad, ese unicornio que tanto busca la política española y que tan poco suele encontrar.
¿Y qué significa realmente este aval?
Más allá del protocolo y las firmas, el apoyo de Mazón es un mensaje doble. Por un lado, envía una señal clara a las bases del partido en la Comunitat Valenciana: “aquí no hay dudas, vamos todos con Feijóo”. Y eso en un territorio que representa uno de los mayores viveros de votos populares a nivel nacional, no es poca cosa.
Por otro, sirve como recordatorio (por si alguien lo había olvidado) de que Carlos Mazón aspira a ser más que un líder autonómico. Desde su llegada al Palau de la Generalitat, el presidente valenciano ha intensificado su presencia mediática, su discurso nacional y su alineamiento con la dirección de Génova. Y aunque no ha mostrado ambiciones explícitas más allá de Valencia, muchos en el PP ya lo colocan en la lista corta de nombres a tener en cuenta en el futuro post-Feijóo… si ese momento llega.
Feijóo, en busca de estabilidad interna
El aval de Mazón también cae en un momento clave para Alberto Núñez Feijóo. Tras un 2024 convulso, con elecciones europeas en el horizonte, tensiones con Vox en varios gobiernos autonómicos y un Pedro Sánchez que sigue moviendo fichas con agilidad parlamentaria, el líder del PP busca revalidar su liderazgo sin grietas internas.
Y hasta ahora, todo apunta a que lo logrará. No hay movimientos de disidencia visibles, ni candidaturas alternativas, ni guerras de poder como las que desgarraron el partido en la era Casado. Pero no basta con sobrevivir: Feijóo quiere salir de este Congreso Nacional reforzado, legitimado y a prueba de encuestas. Para eso necesita más que votos: necesita imagen de bloque sólido. Y ahí es donde apoyos como el de Mazón juegan un papel fundamental.
¿Y el PPCV qué gana con esto?
Además del clásico “quien da, recibe”, el PPCV también saca tajada simbólica del gesto. Reafirma su papel como columna vertebral del PP a nivel nacional, recupera protagonismo dentro del organigrama interno y se posiciona como voz autorizada en la toma de decisiones del partido.
No es casualidad que, en los últimos meses, Valencia haya sido escenario frecuente de reuniones, actos y mensajes clave del PP. Tampoco que Mazón haya ido ganando peso como portavoz oficioso de una nueva generación de líderes populares, junto a nombres como Juanma Moreno en Andalucía o Alfonso Fernández Mañueco en Castilla y León.
Y con el Congreso nacional a celebrarse en julio, quién sabe qué cargos y equilibrios se repartirán después de los discursos y las votaciones.
¿Hay alguna sombra en este idilio?
Por ahora, pocas. Pero como en toda historia de amor político, la armonía puede ser efímera. Si Feijóo no logra capitalizar su reelección con avances electorales o si la tensión con Vox escala en comunidades como la valenciana, los equilibrios podrían alterarse. Hasta entonces, el mensaje es claro: unidad, continuidad y un liderazgo sin fisuras.
Aunque claro, en política, eso puede durar lo mismo que una story en Instagram.
¿Estamos ante una reafirmación de liderazgo… o un movimiento calculado para consolidar posiciones futuras?
En un momento de recomposición interna en la derecha española, el aval de Mazón a Feijóo parece más que un gesto de lealtad: es una declaración de posicionamiento dentro de un tablero en el que nadie quiere quedarse fuera.
¿Y tú? ¿Crees que la estabilidad en el PP es real o solo la calma antes de la próxima tormenta?