La convocatoria de este 2025 llega con novedades significativas: se elimina la flexibilidad introducida por la pandemia, se amplía el calendario para afectados por la DANA, y las bibliotecas se llenan en un último esfuerzo colectivo.
Semana decisiva para el futuro de miles de estudiantes
Apenas faltan unos días para que cerca de 26.000 jóvenes valencianos se enfrenten a la PAU (Prueba de Acceso a la Universidad), y el ambiente en bibliotecas, academias y hogares es el de máxima concentración. Nervios, repasos de última hora y café para aguantar marcan la recta final antes de unas pruebas que condicionarán el futuro académico de toda una generación.
La edición de este año trae cambios importantes respecto a las anteriores, y eso se nota tanto en la preparación como en el ánimo del alumnado. Quienes cursan segundo de Bachillerato en centros de la Comunitat Valenciana tienen señaladas en rojo las fechas del 3, 4 y 5 de junio, cuando se celebrará la convocatoria ordinaria.
Tres convocatorias, una adicional por la DANA
Como novedad principal, se ha añadido una tercera convocatoria pensada específicamente para aquellos estudiantes afectados por la DANA del pasado 29 de octubre, que dejó graves daños en municipios de la provincia de Valencia.
De este modo, el calendario queda así:
- Convocatoria ordinaria: 3, 4 y 5 de junio
- Convocatoria extraordinaria: 1, 2 y 3 de julio
- Convocatoria adicional por la DANA: finales de julio
Este cambio ofrece una segunda oportunidad a quienes no puedan presentarse en las fechas habituales debido a causas justificadas relacionadas con la catástrofe climática.
Menos opciones, más exigencia
Este 2025 también marca el fin de la flexibilidad adoptada durante la pandemia. Se ha eliminado la optatividad extra en los ejercicios, lo que significa que el alumnado tendrá que dominar un temario más amplio sin poder elegir tantas preguntas o ejercicios como en cursos anteriores.
La medida, que busca una vuelta a la “normalidad académica”, ha generado cierta inquietud. Profesores y orientadores temen que la nota media sufra una ligera bajada respecto a años anteriores, donde muchos estudiantes se beneficiaban de poder seleccionar los contenidos que mejor dominaban.
Estructura de los exámenes: bloques y tiempos
La PAU se divide en dos fases: una general obligatoria y otra voluntaria de mejora.
La parte general incluye:
- Lengua Castellana y Literatura
- Valencià: Llengua i Literatura
- Historia de España o Filosofía (a elegir)
- Lengua extranjera (habitualmente inglés)
- Una asignatura troncal según la modalidad de Bachillerato (Matemáticas, Latín, Dibujo, Artes Escénicas, etc.)
Cada examen dura 90 minutos, con descansos de 45 minutos entre pruebas. En la fase voluntaria se pueden presentar hasta cuatro asignaturas para subir nota, una de ellas puede ser un idioma extranjero diferente al ya examinado.
Las bibliotecas, epicentro del esfuerzo colectivo
Pese a ser domingo, muchas bibliotecas de València y otras ciudades de la Comunitat abrieron con horario ampliado, conscientes del momento crítico que viven los estudiantes. Decenas de jóvenes ocupaban este fin de semana cada mesa libre con apuntes, tabletas, libros y subrayadores en mano.
“Necesito estudiar fuera de casa para concentrarme”, decía Marta, alumna de un instituto de Paterna. “Aquí ves a todo el mundo a lo mismo, y eso te motiva. Ya queda poco, pero hay que apretar”.
Cifras de éxito, pero con presión constante
Según los últimos datos del Ministerio de Universidades, más del 95 % del alumnado aprueba la fase general de la PAU, siendo la nota mínima un 5. Además, en 2024 más del 50 % alcanzó un notable o más.
Aun así, la presión emocional es alta. Muchos jóvenes perciben estas pruebas como el filtro definitivo que les permitirá o no acceder a la titulación deseada, especialmente en carreras con notas de corte altas como Medicina, Psicología o Ingeniería Aeroespacial.
Salud física y mental: claves en la recta final
En estos nueve días previos al examen, los orientadores insisten en que no todo es estudiar. Dormir bien, alimentarse correctamente, practicar algo de deporte o desconectar unas horas también forma parte de la preparación.
“Hay que llegar al examen con la cabeza clara. Un fallo por cansancio o ansiedad puede echar a perder meses de trabajo”, apunta Raúl, profesor de Historia. El mensaje más repetido en las aulas esta semana será: “Cuida tu cuerpo tanto como tu temario”.
Conclusión: una generación que vuelve a examinarse sin redes de seguridad
Con el regreso de la PAU a un modelo más exigente y la eliminación de las medidas postpandemia, los estudiantes valencianos de 2025 se enfrentan a una prueba más similar a la de etapas prepandémicas. A eso se suma la presión propia de un sistema donde una décima puede marcar la diferencia entre estudiar lo que uno sueña o tener que elegir otra vía.
Pero también se enfrentan a este reto con madurez, resiliencia y una preparación sólida, en un contexto educativo que sigue evolucionando.