El primer «entremés» o Roca de la que se tiene noticia en la historia de la procesión del Corpus de Valencia data de 1373, año en que asistió a la festividad la Infanta doña María, esposa del Infante don Juan. En el conjunto aparecía «un dragón enorme que movía la lengua y las mejillas, tiraba humo por la boca y las narices y tenía aspecto tan feroz que se encabritaban los caballos a su paso. A su alrededor iban más de veinte hombres vestidos de salvajes, armados con ramas de árbol y hachas de madera. A la llegada de la Infanta salieron varios jinetes simulando querer matar al dragón que defendían los salvajes».
Los «entremeses» comenzaron a ser llamados Rocas en 1402, «rocas o entremeses molt bells e propris e de gran admiracio, quals jamés no foren vists semblants». Ese año, con motivo de la entrada en Valencia del rey Martín el Humano y la reina de Sicilia fueron construidas enormes rocas o entremeses, lo que obligó a derribar algunos salientes de edificios y ampliar varias calles para el normal paso de los carros triunfales.
El Consell de la Ciutat acordó asumir «lo cost de les entrameses e jochs que la Ciutat feu fer per embellir la dita festa ço es primerament€ en compres de peces de drap de la tela gostanç e teles apellades del grup e altres teles a obs de les roques dels dits entrameses. Y lo derrocament del front dalt e baix del seu alberch axi cripstianesch com morich situat en lo carrer maior apellat dels Cavallers en la parroquia de sent Nicholau». En la plaza de la Seo fueron representados los «entramesos» o «misteris»: Parahis terrenal, Bellem, San Cheroni, San Jordi, San Vicent, San Sebastian, Lo devallament de la Creu, Lo Juhi, Lo Te Deum, La cena, los sants pares, Adam i Eva, €
En 1412, el Consell de la Ciutat, con motivo de preparar la entrada triunfal en Valencia del recién elegido en Caspe rey Fernando acordó «sien fets entrameses, e per a fer aquelles sien amprats menestrals€ e que sien encloses aquí en la dita daraçana los obrants les enrameses faedores». La visita aconteció en 1413 y entre las Rocas o entremeses nuevos estaban la «un de diuisa del señor Rey,€ un altre, apellat de les set cadires,€ un altre nomenat de les set edats».
Los Jurados encargaron construirlas a Juan Oliver, trabajo que el artesano no acabaría de cobrar hasta dos años después por no tener suficiente dinero los Jurados de la Ciudad para afrontar tanto gasto.
En 1415, las Rocas pasaron de ser carros estáticos o inanimados a escenarios ambulantes donde se interpretaba «misteris», se ejecutaba piezas musicales, o se cantaba y recitaba textos relacionados con la fiesta eucarística.
Ha habido muchas Rocas en la procesión del Corpus de Valencia, una larga lista, de las que entre ellas están documentadas: El Seráfico, la rocha vella de la Cena, la Salutació de l´angel, l´adoracio dels Reis, Sant Hieroni, Sant Vicent, Sant Jordi, la Cena, la Maria del Te Deum, L´Infern, El Calvari, el Sant Sepulcre, L´apocalipsi, El sacrificio de Isaac, San Sebastián, El Descendimiento de la Cruz, la dels Reis, Sancta Susana, Degollament de San Joan, Lo Fill Prodich, el Juhí de Salomó, la venda de Joseph, dita Josephina, Lo Infern ab los Sants Pares, Santa Barbera, el sacrifici de Abraham, la de la Paciencia, la Conversión de Magdalena, la del Santissim, San Juan Bautista, San Vicente Mártir, Lo Christofol ab sos pelegrins, lo Rey Erodes ab sos coltejadors, la Maria com fogi en Egipte, La Maria de Egipte, Lo drach, Adam i Eva, Judith, la Vinya, la Homo quídam fecit cenam magnam, Lo sposalici de Joseph, Lo Tobías, Lo rich avariento, Lo colloqui del Sant Sagrament, Lo misteri de la Sglesia, Lo misteri de la paraula del sembrador, Miracles de Sant Vicent Ferrer nostre patro, Lo misteri de la vinguda del anticrist, Lo martiri de Sant Sebastia, la Roca dels diables del Juhi, Lo drach ab Santa maria i Santa Margalida y Lo desterro de Agar e Ismael.
Cada Roca tenía su propio «misteri», la mayoría de temas bíblicos. Con el tiempo esta larga lista fueron dejándose de representar y sus textos los desconocemos hoy, se han perdido, han sido destruidos o permanecen sin catalogar en algún archivo o biblioteca.