Un informe revela que el 26% de los hurtos anuales se producen durante los meses estivales. Las pérdidas en España superan los 482 millones de euros
Con la llegada del verano se disparan los robos en comercios. Así lo recoge un estudio reciente que apunta que uno de cada cuatro hurtos (26%) en establecimientos comerciales se produce entre junio y agosto, una tendencia que afecta tanto a pequeños comerciantes como a grandes superficies. En total, las pérdidas alcanzan los 482 millones de euros en toda España, con especial incidencia en zonas turísticas como la Comunitat Valenciana.
Valencia, en el centro del problema: qué se roba y por qué
En la Comunitat Valenciana, el estudio revela cuáles son los tres productos más codiciados por los ladrones durante los meses estivales:
- Cremas solares y bronceadores: su alto precio y su demanda estacional las convierten en el objetivo principal.
- Bebidas alcohólicas: presentes durante todo el año, pero especialmente en el punto de mira durante las vacaciones y fiestas.
- Aceite de oliva: su encarecimiento en los últimos años lo ha transformado en un producto habitual en los hurtos.
Dependientes y responsables de tiendas aseguran que las técnicas de robo son cada vez más ingeniosas, desde esconder productos en bolsos con dobles fondos hasta directamente salir corriendo con la mercancía. “Hay gente que parece experta. No sabemos cómo lo hacen, pero de repente desaparecen productos de alto valor sin que nos demos cuenta”, confiesa una empleada de una cadena de perfumería en el centro de Valencia.
Pérdidas millonarias y máxima preocupación en el pequeño comercio
Más allá del volumen económico global, los pequeños negocios son los que más sufren el impacto de estos hurtos. Para ellos, un solo robo puede suponer un desajuste crítico en su margen de beneficio mensual. En algunas tiendas, la inversión en sistemas de vigilancia y seguridad ha aumentado, pero no siempre es suficiente.
“El aceite y el alcohol están constantemente bajo vigilancia, pero el problema es que no podemos poner cámaras o alarmas en cada estantería”, explica el propietario de un supermercado local en la Safor.
El verano, temporada alta para los ladrones
El repunte en los hurtos se relaciona con el mayor número de visitantes, el aumento de las compras impulsivas, la sobrecarga de personal y la relajación de la vigilancia en momentos de máxima afluencia. Además, la profesionalización de algunas bandas organizadas dificulta la tarea de los comerciantes y cuerpos de seguridad.