El Palmar (Valencia), 5 de julio de 2025
Dos noches consecutivas de incidencias han convertido la entrada a la pedanía valenciana de El Palmar en un pequeño escenario de caos vecinal. Las elevadas temperaturas que se vienen registrando estos días, junto con un aumento de la presión en las canalizaciones, han provocado varios reventones en las tuberías principales, anegando calles, entrando en viviendas y generando malestar entre los residentes.
El Ayuntamiento de Valencia ha atribuido los hechos, en parte, a la intensa ola de calor que afecta a toda la Comunitat, y ha confirmado que los servicios técnicos ya han reparado las canalizaciones afectadas. Sin embargo, la situación ha reavivado el debate sobre el estado de las infraestructuras en una pedanía que, según sus vecinos, sufre desde hace años problemas estructurales sin una solución definitiva.
Dos noches de inundaciones en plena ola de calor
El primer reventón se produjo durante la madrugada del miércoles al jueves, afectando a entre seis y ocho abonados. El agua llegó a entrar en una vivienda y provocó molestias importantes en el suministro. Técnicos de Emivasa, la empresa mixta de aguas de Valencia, intervinieron rápidamente y la incidencia fue resuelta en pocas horas.
Sin embargo, apenas 24 horas después, un segundo reventón más grave volvió a provocar la rotura de varias tuberías en la misma zona. En esta ocasión, el agua no solo inundó las calles principales de acceso a El Palmar, sino que se coló en al menos dos viviendas, provocando daños materiales y el temor de que la situación se repita con más frecuencia en los días de calor extremo.
El diagnóstico de los técnicos: presión, calor y estructuras antiguas
Los trabajos de reparación de la segunda avería se prolongaron durante todo el viernes. Según han informado desde el Ayuntamiento, se han sustituido cuatro tramos de canalización y el servicio ha sido restablecido sin necesidad de cortes prolongados en el suministro.
Ernesto Peris, portavoz de la asociación vecinal de El Palmar, explicó que el problema no es nuevo: “Ya pasaba hace años, aunque ahora no tanto porque existe tecnología para controlar la presión. Aun así, cuando baja el consumo por la noche, la presión aumenta, y eso puede provocar reventones. El calor podría estar influyendo también”.
Además del calor y la presión, Peris señala otros factores estructurales: “Las tuberías son antiguas y están muy castigadas por el uso intensivo, sobre todo en temporada alta, cuando se incrementa el consumo por los restaurantes. También influye el tránsito de vehículos pesados en calles estrechas y un terreno que tiende a hundirse”.
Un plan de renovación en marcha
Desde el consistorio han confirmado que existe un plan de renovación progresiva de la red de agua en El Palmar, aunque su implementación es parcial y por fases. La zona afectada esta semana no formaba parte de las actuaciones más inmediatas.
Fuentes municipales han defendido la rapidez de la intervención y han destacado que las nuevas canalizaciones colocadas en esta ocasión deberían resistir mejor tanto la presión como los cambios de temperatura.
No obstante, para los vecinos, estas actuaciones llegan tarde. “Lo que no puede ser es que vivamos con miedo cada vez que llega una ola de calor. Es como una lotería, no sabes si va a reventar una calle o tu propia casa”, lamentaba una vecina afectada por la entrada de agua en su vivienda.
El Palmar, entre turismo, huerta y abandono
El Palmar, enclavado en el corazón del parque natural de l’Albufera, vive una doble realidad: por un lado, es uno de los enclaves turísticos y gastronómicos más visitados del entorno natural valenciano; por otro, arrastra desde hace años una infraestructura obsoleta, calles estrechas, alcantarillado deficiente y escasa planificación ante el crecimiento de su actividad económica.
Los vecinos llevan tiempo reclamando una inversión estructural a largo plazo que no se limite a reparar las roturas, sino que sustituya completamente el sistema de canalización para evitar que situaciones como las de esta semana se repitan.
Conclusión:
Lo ocurrido en El Palmar pone de nuevo sobre la mesa la necesidad de revisar a fondo las redes de suministro en pedanías y barrios periféricos, especialmente ante el avance del cambio climático y sus efectos sobre la infraestructura urbana. Mientras tanto, los vecinos solo esperan una cosa: que el próximo reventón no vuelva a pillarles desprevenidos.