Un niño de dos años ha fallecido este domingo en la localidad alicantina de Aspe tras ahogarse en una piscina privada situada en una zona residencial del municipio. El suceso ha generado una gran conmoción en la comunidad, especialmente por tratarse de una muerte evitable en un entorno familiar.
Intentos desesperados de reanimación
El trágico suceso se produjo alrededor de las 18:15 horas, momento en que el Centro de Información y Coordinación de Urgencias (CICU) recibió una llamada de alerta indicando que un menor se había ahogado en una piscina particular. Según fuentes sanitarias, los propios familiares del pequeño ya habían comenzado maniobras de reanimación básica cuando llegó el equipo del SAMU.
Pese a los esfuerzos del equipo médico, que aplicó técnicas de reanimación cardiopulmonar avanzada, no fue posible revertir la parada cardiorrespiratoria. Los sanitarios solo pudieron confirmar la muerte del niño.
Un verano marcado por accidentes infantiles
Este trágico incidente se suma a otros similares ocurridos en las últimas semanas en diferentes puntos del país, donde niños pequeños han perdido la vida en piscinas privadas o públicas. Las autoridades sanitarias insisten en la importancia de extremar las precauciones cuando hay menores en entornos acuáticos, especialmente en verano.
Cada año, el ahogamiento es una de las principales causas de mortalidad infantil accidental en España durante los meses estivales. En la mayoría de los casos, como ha ocurrido en Aspe, los hechos suceden en apenas unos segundos de descuido.
Llamamiento a la prevención
Desde los servicios de emergencia se reitera la necesidad de adoptar medidas de seguridad estrictas en torno a las piscinas, como:
- Vallas de protección con cierre automático.
- Supervisión constante por parte de un adulto.
- Enseñanza temprana de habilidades acuáticas a los niños.
- Conocimiento y práctica de maniobras de primeros auxilios.
El Ayuntamiento de Aspe ha trasladado sus condolencias a la familia y ha pedido respeto ante el dolor de los allegados del menor, que están siendo atendidos psicológicamente tras el suceso.