Durante los meses de verano, el Ayuntamiento de Sumacàrcer (Ribera Alta) ha implementado una medida drástica pero necesaria: prohibir el estacionamiento tanto en el núcleo urbano como en los caminos rurales del municipio. El objetivo es claro: evitar las aglomeraciones que se repiten cada año en las inmediaciones del río Xúquer, especialmente en las jornadas de más afluencia turística.
Un nuevo aparcamiento con entrada al río incluida
A partir de ahora, quien quiera aparcar en Sumacàrcer deberá hacerlo en el nuevo aparcamiento habilitado por el consistorio, una zona vigilada donde se cobra una tarifa única de 10 euros por vehículo. Esta tarifa, sin embargo, no solo incluye el estacionamiento, sino también una pulsera impermeable que da acceso a la zona de baño del Xúquer, una de las más populares de la comarca.
Raquel García, una de las vigilantes del nuevo párking, explica que “con la pulsera pueden bajar al río y disfrutar del baño con tranquilidad, sabiendo que su coche está en un lugar seguro y autorizado”.
Seguridad, el principal motivo de la medida
La medida no es únicamente de carácter organizativo. Según señala Luis Sales, auxiliar de policía local, “la acumulación de vehículos en calles estrechas y caminos rurales supone un grave problema de acceso para los servicios de emergencia”. En caso de accidente o situación crítica, los coches mal aparcados podrían impedir la intervención rápida de ambulancias o bomberos.
Respaldo vecinal tras el colapso turístico
La decisión ha sido bien recibida por los vecinos y vecinas, especialmente después del caos vivido el pasado fin de semana, cuando una afluencia masiva de visitantes convirtió Sumacàrcer en un embudo intransitable.
“Ahora estamos tranquilos, pero la semana pasada fue un infierno. No se podía ni salir a la puerta del callejón”, relata una vecina. El colapso fue tal que muchos residentes quedaron atrapados en sus propias calles, sin posibilidad de acceder o salir con sus vehículos.
Un modelo para un turismo más sostenible
Sumacàrcer no es el único municipio de la Ribera Alta que ha optado por tomar cartas en el asunto. Otros pueblos ribereños como Antella han adoptado medidas similares, conscientes de que el turismo descontrolado puede convertir paraísos naturales en focos de masificación, con sus correspondientes impactos ecológicos, sociales y de seguridad.
El Ayuntamiento ya ha anunciado que en 2026 se construirá un nuevo aparcamiento más amplio, con capacidad para absorber la creciente llegada de turistas durante los meses estivales. El objetivo es garantizar que la experiencia en el río Xúquer siga siendo placentera para los visitantes sin perjudicar la vida diaria de los residentes.
Un Xúquer vivo… pero ordenado
Con esta normativa, Sumacàrcer apuesta por un modelo de gestión que concilie el disfrute del patrimonio natural con el respeto al entorno y a sus habitantes. El Xúquer, con sus aguas frescas y entornos paisajísticos, seguirá siendo un lugar de encuentro, pero ahora con normas claras para que todos puedan disfrutarlo en condiciones óptimas.
