Por Eros Recio, Bailarín.
Ayer martes hubo una lluvía de meteoritos en el Teatro Talia de Valencia, el espectáculo “Tandem” que tenía como protagonistas a los bailarines Daniel Caballero y Nerea Carrasco.
Daniel Caballero es un nombre que resuena con fuerza en el mundo del flamenco más heterodoxo. Natural de Vallecas, este bailaor rompe todos los tópicos que envuelven a la danza española: empezó a bailar a los veinte años, una edad en la que la mayoría de los profesionales ya llevan media vida pisando tablas. Pero lo realmente insólito de su historia es la virtud que lo hace único: en lugar de una infancia entre academias y conservatorios, Daniel forjó su cuerpo y su instinto en un ring de boxeo.
Su verdadera escuela fue el gimnasio de la calle Payaso Fofó, en el corazón de Vallecas, donde entrenaba boxeo con su padre. Entre sacos, ganchos y guantes se templó su forma de moverse y su manera de plantar cara a la vida. Esa formación pugilística, lejos de entorpecer su carrera como bailaor, ha sido la clave de un estilo que no tiene comparación. En escena, Daniel baila por soleá o bulerías, pero a veces se le escapan patadas de king boxing como si retara al aire a un combate improvisado.
Ese cruce entre la violencia contenida del ring y la pasión del tablao le otorga una energía bruta, casi salvaje, que sacude al público. Verlo bailar es ver cómo la tensión de un puño cerrado se transforma en el zapateado más demoledor. Cada paso suyo, cada giro, lleva la huella de un boxeador que aprendió antes a esquivar golpes que a seguir una coreografía. Verdaderamente se le puede llamar “el meteorito de Vallecas”.
Daniel Caballero demuestra que el flamenco, por muy arraigado que esté en la tradición, siempre tiene lugar para la revolución. Su baile es un gancho directo al corazón del espectador. Un arte sin concesiones. Un combate bailado. Y Vallecas, su barrio, lo sabe bien: de allí salió un bailaor que no teme romper las reglas con cada taconeo.
Hablar de Daniel Caballero es hablar de una sacudida eléctrica en el mundo del flamenco. Pero quien crea que el bailaor de Vallecas se comprende por sí solo se equivoca: Caballero no se entiende sin su dama, la bailarina Nerea Carrasco. Juntos forman un tándem explosivo, una pareja escénica que está revolucionando las tablas a golpe de tacón, giro y coraje.
Nerea Carrasco aporta el contrapunto perfecto a la fiereza callejera de Daniel. Formada en la disciplina más ortodoxa, curtida en academias y conservatorios, su técnica es impecable. Sin embargo, cuando se cruza con la energía indomable de su marido en escena, algo se desata: la pureza y la rebeldía se mezclan, la tradición se deja golpear por la improvisación, y de esa fricción nace un espectáculo que no se parece a nada.
En el escenario, Nerea es un ciclón: su cuerpo parece hecho para retorcerse con la música, para reventar el compás. Es precisa, elegante y arrolladora. Pero lo que más sorprende ocurre cuando se apagan los focos: tras la tempestad surge una mujer de mirada dulce y afectuosa, que se funde con Daniel en una complicidad que se palpa dentro y fuera de las tablas.
El flamenco de Caballero y Carrasco es un baile de opuestos. Boxeo y clasicismo, furia y delicadeza. Una alianza que derriba barreras y recuerda que el arte, cuando es verdadero, no entiende de moldes. Juntos demuestran que el flamenco sigue vivo porque se atreve a cambiar. Y que, a veces, la revolución baila en pareja.
Desde aquí se felicita a todos los artistas que acompañaron a Daniel Caballero en su actuación del pasado 15 de julio en el Teatre Talía de Valencia: el maestro Juan de Pilar, impecable a la guitarra y a la dirección musical, y los cantaores Antonio Amador y Javier Calderón, cuyas voces llenaron de duende cada rincón del escenario. Gracias a su talento y complicidad, el espectáculo resultó sencillamente fabuloso.
A lo largo de esta semana, los bailaores Daniel Caballero y Nerea Carrasco continúan demostrando su arte y su estilo inconfundible en el tablao Palo Santo, ubicado en el barrio del Cabañal de Valencia.
Se recomienda a todos los aficionados al flamenco no perderse la oportunidad de verlos en directo. Su fuerza, su complicidad y su manera de reinventar cada paso dejarán a cualquiera impresionado. Un encuentro imprescindible para quienes aman el flamenco que se atreve a romper convencionalismos. Golpean con fuerza estos meteoritos de Vallecas.
Eros Recio
Bailarín
Foto 1: Daniel Caballero es el meteorito de Vallecas
Foto 2 Nerea Carrasco es la estela del meteorito.