Valencia, 17 de julio de 2025
Mustapha Jobe, un ciudadano gambiano de 39 años, se ha convertido en el primer extranjero en formar parte de la Comunidad de Pescadores de El Palmar en sus 775 años de historia. Tras una peligrosa travesía en patera que lo llevó a Canarias hace una década, hoy es uno más en la tradicional lonja del parque natural de la Albufera.
Una historia de integración y oficio
Cada mañana, Mustapha se levanta a las cinco para lanzar sus redes. Esta semana, en una jornada de siete horas, ha logrado pescar más de 200 kilos de llisa. Tras atracar su barca frente a la lonja, saluda a vecinos y compañeros mientras descarga el pescado. “Fue emocionante. Me enteré antes del sorteo de redolins que era el primer extranjero. No me lo esperaba”, relata.
La Cofradía de Pescadores necesitaba mano de obra y, aunque en principio el trabajo era para su primo, finalmente fue él quien asumió el puesto. Desde entonces, no ha dejado de aprender y adaptarse.
Una vida marcada por el mar
Mustapha procede de una familia de pescadores: “Desde mi abuelo hasta mis sobrinos, todos lo son. No me ha costado adaptarme. En Senegal trabajé años en la pesca, y desde que llegué a España he seguido en lo mismo”.
Inicialmente vivía en Gandía y se desplazaba cada día hasta El Palmar. “Eran dos horas de coche diarias. Ahora vivo aquí, en un pequeño estudio, y es mucho más tranquilo”, cuenta.
Trabajo, calma y esperanza
Lo que más valora de su nuevo oficio es la tranquilidad. “Cuando lanzo la red ya ha salido el sol. Voy solo en la barca, y todo depende de mí. Es muy diferente a trabajar en barcos grandes con más gente”.
Su jornada finaliza hacia las dos de la tarde, pero no descarta buscar otro empleo para las tardes: “Todavía tengo energía y quiero aprovecharla”, afirma con determinación.
Hoy, Mustapha es uno más en El Palmar. Sus compañeros lo respetan y lo consideran parte esencial de la comunidad pesquera. Un ejemplo de integración real a través del oficio, la constancia y el respeto por la tradición.