El Ayuntamiento repone las piezas pero pide colaboración ciudadana para encontrar a los responsables
La tranquilidad de la localidad de Benassal, en pleno corazón del Alt Maestrat, se ha visto alterada por un acto vandálico que ha generado indignación y tristeza entre sus habitantes: el robo de dos de las tres históricas aixetes (grifos) de la Font d’en Segures, uno de los símbolos más representativos del municipio.
Este emblemático manantial, conocido a nivel autonómico por la excelente calidad de sus aguas minerales, fue objeto de un robo el pasado viernes, cuando los ladrones aprovecharon las primeras horas de la tarde —momento habitual de menor afluencia— para desmontar y llevarse dos de sus valiosas piezas metálicas.
Un atentado contra el patrimonio y la identidad de Benassal
La Font d’en Segures no es solo un punto de interés turístico y fuente de riqueza natural, sino también un símbolo de identidad para los vecinos y vecinas de Benassal. Su agua, embotellada y comercializada desde hace más de un siglo, ha sido declarada de utilidad pública y goza de un gran prestigio en toda la Comunitat Valenciana.
Por ello, la noticia del robo ha caído como un jarro de agua fría entre la población local, que ha expresado su rechazo y preocupación por lo que consideran un ataque directo al patrimonio cultural del municipio.
Reacción inmediata del Ayuntamiento
Ante el suceso, el Ayuntamiento de Benassal actuó con rapidez. En un primer momento, se colocaron tapas provisionales para evitar la pérdida de agua, y el lunes por la mañana se procedió a instalar nuevos grifos idénticos a los sustraídos, con el fin de restaurar lo antes posible la normalidad del manantial.
A pesar de la rápida intervención, desde el consistorio se ha denunciado formalmente el robo ante la Guardia Civil, y se ha hecho un llamamiento a la ciudadanía para colaborar en la identificación de los autores.
Una llamada a la responsabilidad colectiva
El equipo de gobierno local ha subrayado la necesidad de reforzar el respeto por los espacios públicos y por el patrimonio común. “La Font d’en Segures es parte de todos, y cualquier ataque a ella es un ataque a nuestra historia y nuestro pueblo”, han declarado fuentes municipales.
Se baraja la posibilidad de instalar cámaras de seguridad en la zona o aumentar la vigilancia durante los períodos de menor afluencia, especialmente en temporadas estivales, cuando el paraje se convierte en un punto de visita obligada para residentes y turistas.
Un legado que no se puede perder
Este suceso reabre el debate sobre la vulnerabilidad del patrimonio rural frente al vandalismo o los actos delictivos, muchas veces cometidos con fines lucrativos o por simple gamberrismo. Y recuerda la importancia de la concienciación ciudadana, el mantenimiento y la vigilancia de los espacios históricos y naturales.
La Font d’en Segures no solo proporciona un recurso natural de primer nivel, sino que forma parte del imaginario colectivo de varias generaciones de benassalencs. Por eso, recuperar el respeto por este lugar es también recuperar el orgullo de pertenencia a una comunidad que valora su historia, su entorno y sus tradiciones.