Valencia, 25 de julio de 2025.
La finca experimental Sinyent, situada en Polinyà del Xúquer (Valencia), ha sido escenario de un avance biotecnológico sin precedentes: el cultivo de tabaco sin nicotina, modificado para producir compuestos de interés farmacológico. El proyecto ha sido desarrollado conjuntamente por la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) y la empresa biotecnológica Madeinplanten, con sede también en la Comunitat Valenciana.
Un cultivo transformado para fines medicinales
El estudio ha conseguido eliminar la nicotina de la planta de tabaco y, en su lugar, inducir la producción de moléculas con potencial terapéutico, como proteínas recombinantes y otras sustancias bioactivas empleadas en la industria farmacéutica. El proceso, según han explicado sus responsables, no utiliza transgénicos, sino que se basa en modificaciones genéticas precisas y controladas en entorno agrícola.
Este tipo de planta abre la puerta a una nueva generación de cultivos agrícolas con usos biomédicos, lo que permite revalorizar el campo valenciano y explorar nuevos modelos de negocio para los agricultores, según destacan desde AVA-ASAJA.
Valencia, referencia en agrobiotecnología
El presidente de AVA-ASAJA, Cristóbal Aguado, ha valorado la investigación como “un hito europeo en biotecnología vegetal aplicada al campo”, y ha subrayado el papel de la finca Sinyent como referente en innovación agraria.
Desde Madeinplanten, su equipo científico destaca que esta tecnología podría utilizarse en un futuro para la fabricación de vacunas, enzimas, terapias personalizadas o ingredientes cosméticos, convirtiendo a plantas como el tabaco —tradicionalmente asociadas al perjuicio para la salud— en vehículos para la medicina del siglo XXI.
Futuro y nuevas aplicaciones
El ensayo en Polinyà del Xúquer ha contado con el respaldo de entidades públicas y privadas, y ya se están analizando posibles escalados industriales y nuevas especies vegetales candidatas para desarrollar moléculas terapéuticas.
El proyecto sitúa a la Comunitat Valenciana en la vanguardia europea de la agrobiotecnología, y plantea un ejemplo práctico de cómo la agricultura y la ciencia pueden converger para responder a retos sanitarios globales desde el medio rural.