La nueva tecnología permite conservar los riñones trasplantados durante más tiempo y en mejores condiciones.
Se prevé que entre 20 y 30 trasplantes anuales puedan beneficiarse de esta innovación que aumenta la supervivencia de injerto y paciente.
El Hospital Universitario Doctor Peset ha incorporado a su programa de trasplante renal el uso de un dispositivo de perfusión pulsátil que permite mejorar la conservación de los injertos renales durante el proceso de trasplante.
Esta máquina, que simula la circulación sanguínea mediante bombeo, mantiene la temperatura del riñón estable e irriga constantemente el órgano, por lo que es capaz de preservar el injerto durante más tiempo.
Las máquinas de perfusión ex vivo son dispositivos diseñados para conservar órganos fuera del cuerpo, optimizando su evaluación y recuperación antes del trasplante. A diferencia del método tradicional de conservación estática en frío, estas máquinas mantienen el órgano en condiciones más fisiológicas y totalmente monitorizado.
Diversos estudios han demostrado que el uso de estos dispositivos reduce la incidencia de la función renal retrasada, una situación que se produce cuando el injerto no funciona de manera adecuada inmediatamente después del trasplante y el paciente necesita diálisis en los días posteriores a la intervención, con lo que se consigue mejorar su supervivencia.
“Esto es especialmente importante en órganos procedentes de donantes con criterios expandidos (mayores de 60 años o con alguna complicación) o en asistolia controlada, que han de trasplantarse cuanto antes, y que en su conjunto han llegado a suponer casi el 60 % de los casos en este hospital en los últimos años”, ha explicado la doctora Asunción Sancho, jefa del Servicio de Nefrología del Hospital Universitario Doctor Peset.
Hasta ahora, este centro sanitario público valenciano ha utilizado la máquina de perfusión pulsátil en 5 trasplantes con buenos resultados y tiene previsto realizar entre 20 y 30 trasplantes renales al año utilizando este sistema, que ya se ha integrado en su protocolo de trasplante renal.
Viabilidad del órgano
Tal y como ha apuntado la doctora Sancho, la perfusión pulsátil “nos permite mantener mejor y evaluar el riñón durante el proceso de conservación, algo fundamental para garantizar la calidad del injerto, sobre todo en situaciones donde los tiempos de isquemia fría son prolongados.”
La isquemia fría se refiere al tiempo que el riñón permanece sin circulación sanguínea, un factor crítico para el éxito del trasplante. Reducir este tiempo mejora la función del órgano trasplantado. La máquina de perfusión pulsátil puede prolongar este periodo sin comprometer la viabilidad del injerto.
Otra ventaja es que el dispositivo permite medir parámetros como el flujo sanguíneo y la resistencia del riñón, ayudando a los médicos a decidir sobre la idoneidad del injerto y planificar mejor el trasplante.
El uso de esta tecnología también abre la puerta a aprovechar un mayor número de riñones donados, tanto en asistolia controlada como en muerte encefálica que antes se descartaban cuando no podían ser trasplantados con tiempos de isquemia reducidos. Esto puede incrementar las opciones de trasplante para pacientes en lista de espera.
La conservación tradicional estática en frío consiste en sumergir el riñón en una solución especial dentro de un contenedor con hielo. Aunque efectiva, en determinadas circunstancias (tiempos prolongados, asistolia controlada, criterios expandidos) esta técnica muestra peores resultados de supervivencia que la perfusión pulsátil.
“Aunque en este momento nuestra experiencia es limitada, gracias a esta herramienta, las condiciones del injerto son mejores y la necesidad de diálisis tras la operación se reduce considerablemente. Esto representa un avance significativo en la atención a pacientes con enfermedad renal crónica”, ha concluido la jefa del Servicio de Nefrología del Hospital Universitario Doctor Peset