El hallazgo se ha producido en un charco del Racó de Mar. El Ayuntamiento pide precaución y avisar al 112 ante cualquier avistamiento
Valencia, 30 de julio de 2025
Sorpresa y cierta inquietud entre los vecinos y veraneantes de Canet d’en Berenguer, en la comarca valenciana del Camp de Morvedre, tras la aparición de un ejemplar de dragón azul (Glaucus atlanticus), una rara y llamativa especie de molusco marino que, pese a su belleza, puede causar efectos adversos en las personas que entran en contacto con él.
El descubrimiento se ha producido este lunes, cuando un ciudadano alertó a las autoridades locales tras ver un extraño animal de color azul intenso en un charco del Racó de Mar, concretamente cerca de la pasarela de Pez España. El Ayuntamiento confirmó poco después que se trataba de un ejemplar de dragón azul, difundiendo una imagen en sus redes sociales para advertir a la población.
¿Qué es el dragón azul? Un depredador exótico con apariencia de criatura fantástica
El Glaucus atlanticus, comúnmente conocido como dragón azul, es un nudibranquio —un tipo de babosa marina— que habita en aguas templadas y tropicales de los océanos Atlántico, Pacífico e Índico. Su aspecto recuerda a una criatura mitológica: cuerpo alargado, azul brillante, con extremidades en forma de alas o rayos que le permiten flotar boca abajo sobre la superficie del mar, impulsado por el viento y las corrientes.
A pesar de su pequeño tamaño (rara vez supera los 3 centímetros), este molusco es un depredador especializado en cazar medusas, especialmente la temida carabela portuguesa (Physalia physalis), de la cual se alimenta y cuyo veneno almacena en su cuerpo sin verse afectado.
“Aunque no representa ningún peligro grave para la salud pública, el contacto con un dragón azul puede causar reacciones adversas similares a las de una picadura de medusa”, ha advertido el consistorio.
Efectos del contacto: desde escozor hasta reacciones alérgicas
El dragón azul no tiene aguijón propio, pero es capaz de retener las células urticantes de sus presas —las medusas— y concentrarlas en sus extremos, lo que le permite defenderse de posibles depredadores. Si una persona lo toca accidentalmente o lo pisa descalza en la orilla, puede experimentar:
- Picor y escozor intensos
- Enrojecimiento e inflamación en la piel
- Náuseas y vómitos (en casos poco frecuentes)
- Reacciones alérgicas
Por ello, el Ayuntamiento ha instado a la ciudadanía a no tocar el ejemplar bajo ningún concepto, y a avisar inmediatamente al 112 si se detectan otros individuos similares en la costa.
Cambio climático y avistamientos en el Mediterráneo
La aparición del dragón azul en las playas del litoral valenciano no es habitual, aunque en los últimos años se han registrado avistamientos puntuales en zonas del Mediterráneo occidental. Los expertos relacionan este fenómeno con el aumento de la temperatura del mar, que favorece la migración de especies tropicales hacia latitudes más septentrionales.
En este sentido, el avistamiento en Canet d’en Berenguer no es un caso aislado, y se suma a los recientes informes de presencia de carabelas portuguesas, peces globo o medusas venenosas en distintas playas españolas.
Llamamiento a la prudencia y vigilancia ciudadana
Desde el Ayuntamiento de Canet han recordado que la playa del Racó de Mar mantiene su distintivo de Bandera Azul y que el incidente no afecta a la seguridad del baño, pero insisten en la importancia de extremar la precaución, especialmente entre los niños.
“Pedimos a toda la ciudadanía que evite tocar cualquier animal marino desconocido y que informe a los servicios de emergencias si se topa con un nuevo ejemplar”, ha declarado un portavoz municipal.
Un visitante tan bello como venenoso
El dragón azul ha generado también una oleada de curiosidad entre los usuarios de redes sociales, que han compartido la imagen difundida por el consistorio con comentarios que oscilan entre el asombro y el temor. No es para menos: su aspecto brillante, casi irreal, contrasta con la advertencia que lo acompaña.
Desde Bioparc Valencia, donde trabajan con especies exóticas y en peligro de extinción, subrayan que este tipo de avistamientos deben servir para sensibilizar sobre los cambios en la biodiversidad marina y los efectos del calentamiento global en los ecosistemas costeros.