En 2025, la suciedad en las calles de Valencia sigue siendo un problema significativo, que se agrava en verano con la reducción significativa de la plantilla por las vacaciones. Más de un tercio de la plantilla está de vacaciones en julio y agosto, y vistas cómo están las calles no se han cubierto esas vacante nis e ha reforzado ni contratado por vacaciones a más personal para cubrir esas vacante, con lo que muchas calles de la capital dan una sensación de abandono institucional.
Preocupación ciudadana y encuestas:
La limpieza de las calles es la segunda mayor preocupación de los vecinos, solo por detrás de la vivienda, según el Infobarómetro de la ciudad. Un tercio de los residentes considera que la limpieza ha empeorado, mientras que el 54% opina que se mantiene igual y solo el 14% ve mejoras.
Críticas de la oposición:
La oposición, especialmente Compromís y el PSOE, ha acusado al gobierno municipal de María José Catalá de una gestión deficiente en la recogida de basura y limpieza. Se señala que Valencia está «más sucia que nunca», con quejas sobre contenedores desbordados, calles sin baldear y acumulación de residuos como excrementos caninos y muebles abandonados.
Contrato de limpieza:
En 2023, el Ayuntamiento adjudicó un contrato de 1.300 millones de euros a tres empresas (SAV, Fovasa y FCC) para mejorar la limpieza con 1.192 operarios y 508 vehículos. Sin embargo, las asociaciones vecinales reportan que no se han notado mejoras significativas, y algunos barrios incluso perciben un aumento de la suciedad a pesar de la mejora en los contratos a las empresas de la limpieza viaria.
Problemas específicos:
- Barrios periféricos: Lugares como Orriols, Malva-rosa y el Cabanyal reportan problemas de incivismo, con muebles y enseres abandonados en las calles, contenedores colapsados y aceras pegajosas por falta de baldeo.
Eventos festivos: Durante las Fallas y la Noche de San Juan, la suciedad aumenta significativamente debido a la afluencia masiva de personas. Aunque se han implementado dispositivos especiales de limpieza (como en Fallas 2024, con un aumento del 41% en el presupuesto), las medidas no siempre son suficientes.
Zonas específicas: Calles como Alicante, afectadas por obras, sufren acumulación de polvo y restos de construcción, lo que agrava la percepción de suciedad.
Las enormes diferencias entre los distintos barrios
Barrios y calles como las que vive la alcaldesa, en l’Eixample, en el entrono de la Calle Císcar está impoluto, mientras que existen calles casi abandonadas donde el servicio de limpieza es manifiestamente mejorable. Existen calles de primera, de segunda y de tercera, barrios de primera, donde viven concejales y asesores y barrios de segunda donde no tienen la suerte de que viva algún dirigente municipal. Hasta en esto la alcaldesa Catalá ha establecido capas sociales.
El verano crítico con escasos operarios
Este año está sucediendo como el verano pasado, zonas de de gran afluencia en el centro de la ciudad que acumulan mierda en las calles, con una evidente falta de limpieza, con calles ennegrecidas. La limpieza no sólo es vaciar contenedores, también limpiar las calles y baldearlas, y Catalá no ha conseguido que las empresas hagan su trabajo, es más la queja por limpieza a la que se une la de jardinería casi inexistente prosigue en el infobarómetro municipal como las concejalías que registran también mayor número de quejas, una constante que se sucede desde el gobierno de Ribó y que entonces Catalá en la oposción dijo que si fuera alcaldesa se solventaría rápidamente, en esto Catalá también ha fracasado estrepitosamente, Valencia sigue sucia y sus jardines dan pena…
La maldición de la silla de la alcaldía de Valencia
Pero Catalá vive como vivía Ribó en los mundos de yuppie, alejada de la realidad, entre posados y saraos parece no tiene tiempo de pisar la calle más allá de su barrio… Una alcaldesa que ha perdido el pulso a su ciudad en dos años de gobierno, que tiene un problema…
La maldición de la silla de alcaldía porque quién llega se olvida de los problemas de los ciudadanos y en poco tiempo vive de espaldas a la realidad, hasta Catalá ha dado la espalda a sus propios votantes y al resto de ciudadanos…
Todo ha cambiado políticamente en el Ajuntament de Valencia para que a lo sumo nada cambie, y cuando ha cambiado a peor…
Una pizca de autocrítica no vendría mal, Catalá debe reflexionar este verano y analizar sus fracasos más estrepitosos como son éste uno de ellos, Valencia sigue sucia…y Catalá lo ignora o quiere mirar hacia otro lado, mientras el bolsillo de los valencianos paga a unas contratas cada vez más caras que cada vez hacen menos…