Los vecinos que sufrieron la barrancà del Barranc del Poyo ahora temen perder su casa, y viven en vilo pendientes de su futuro.
El proyecto de derribo de casas en la calle l’Almassereta de Picanya, en Valencia, está relacionado con las consecuencias de la DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos) del 29 de octubre de 2024, que causó graves inundaciones en la zona, especialmente en esta calle situada junto al barranco del Poyo.
Los vecinos a los que llegó el agua con 4,75 metros siguen sufriendo casi 10 meses después y sus vidas ahora están rotas por las instituciones
Impacto de la barrancà
La calle l’Almassereta, una de las más antiguas de Picanya y con un importante valor histórico y simbólico, sufrió graves daños por la riada, con niveles de agua que superaron los 4,75 metros. Muchas viviendas quedaron destruidas o inhabitables, y los escombros aún persisten en algunos casos, lo que genera preocupación por la seguridad.
Nueve meses después existen múltiples daños en viviendas junto al Barrando del Poyo que pasa por medio de la localidad.
Expropiaciones y demoliciones
El Ministerio de Transportes ha expropiado y demolido tres viviendas (dos privadas y una municipal, en los números 17, 18 y 19) para construir dos nuevas pasarelas sobre el barranco del Poyo, destinadas a mejorar la accesibilidad tras la DANA. Una pasarela será para peatones y ciclistas, y la otra incluirá una rampa para personas con movilidad reducida. Estas demoliciones han generado controversia, ya que los vecinos cuestionan la necesidad de destruir casas para un proyecto que consideran podría haberse resuelto sin afectar el patrimonio residencial.
Suspensión de licencias de obra
El Ayuntamiento de Picanya ha suspendido durante dos años las licencias de obra, edificación o cambio de uso en l’Almassereta y Baixada Realenc, justificándolo como una medida para revisar el planeamiento urbanístico y prevenir riesgos de futuras inundaciones. Esta decisión ha generado incertidumbre entre los vecinos, que no pueden reconstruir sus hogares y temen que el objetivo sea recalificar la zona como suelo verde, lo que implicaría la pérdida definitiva de sus viviendas.
Reacciones de los vecinos
- Oposición y protestas: Los vecinos de l’Almassereta han mostrado una fuerte oposición a las demoliciones y al plan urbanístico del Ayuntamiento. Han organizado concentraciones para exigir soluciones habitacionales justas, como la reubicación en terrenos elevados o la construcción de nuevas viviendas en el municipio. Consideran que la calle está siendo señalada injustamente, ya que todo Picanya es zona inundable, y denuncian falta de transparencia y apoyo institucional.
Impacto emocional y económico: Los residentes, muchos de ellos mayores, enfrentan un desgaste psicológico significativo, con casos de ansiedad y uso de medicamentos. La falta de claridad sobre el futuro de sus hogares, junto con la dificultad económica para reconstruir o realojarse, agrava la situación. Algunos han sido reubicados temporalmente en viviendas sociales, pero sin garantías a largo plazo.
- Los vecinos: Tienen una profunda sensación de abandono institucional, recordando que nadie se ha reunido con ellos, ni Gobierno, ni CHJ Confederación Hidrográfica del Júcar, ni Generalitat Valenciana ni su propio Ayuntamiento que ha decidido la expropiación de sus casas sin siquiera consultarles.
Planes urbanísticos y controversia
- Propuesta de zona verde: El Ayuntamiento ha planteado, a través de una modificación urbanística (adjudicada por 18.089 euros), transformar l’Almassereta en una zona verde, lo que implicaría la desaparición de las viviendas. Los vecinos ven esto como un intento de desplazarlos bajo el pretexto de la seguridad, sin ofrecer alternativas claras.
Justificación oficial: El secretario de Estado de Transportes, José Antonio Santano, ha defendido las expropiaciones argumentando que reconstruir en zonas inundables es «una temeridad» y que las demoliciones priorizan la seguridad, con indemnizaciones previstas. Sin embargo, los vecinos critican la falta de diálogo y la rapidez con la que se han ejecutado las expropiaciones.
Demandas y propuestas vecinales
- Los vecinos piden claridad sobre el futuro de sus viviendas y alternativas viables, como la construcción conjunta de nuevas casas en otra zona del municipio con apoyo institucional.
Exigen que, si la zona es considerada inundable, se apliquen las mismas restricciones a otras áreas de Picanya afectadas por la DANA, y no solo a l’Almassereta.
Reclaman mayor transparencia y apoyo del Ayuntamiento y otras instituciones, así como soluciones que respeten el valor histórico y emocional de la calle.
Los vecinos rechazan la propuesta de demoler 23 casas de este núcleo histórico de Picanya, de l’Almassereta cuyas viviendas dan directamente al Barranco del Poyo. Son 65 vecinos los afectados, muchos de avanzada edad que ven inviable recoger el dinero de la expropiación y empezar de nuevo.
Muchos aseguran que calculado el precio que les darán por sus viviendas no supera los 60.000€ y con entre 60-80 años, muchos de los vecinos ven imposible tener una nueva vivienda en la población. Muchos directamente aseguran que «no se van a ir» y otros piden que en vez de dinero les construyan unas nuevas viviendas en otra zona de Picanya donde realojarles.
Una solución difícil y un conflicto abierto con unos vecinos que sufren una doble victimización, no sólo han sufrido la barrancà y sus consecuencias, ahora sufren porque van a tirarles la casa y no saben a dónde ir con cierta edad.
Un desastre más para los vecinos que parece para las instituciones no deben haber sufrido bastante y los hacen pasar por un nuevo infierno, quieren soluciones y no más padecimiento.