Los incendios forestales no dan tregua en España. Con más de 382.000 hectáreas reducidas a cenizas, pueblos enteros desalojados y un balance provisional de más de 30 detenidos, el fuego ha colocado al país frente a una de sus mayores emergencias medioambientales en décadas. Galicia, Castilla y León y Extremadura concentran los focos más devastadores, mientras que los bomberos luchan contra las llamas en condiciones extremas y los vecinos tratan de salvar lo poco que les queda.
Galicia: el mayor incendio de su historia
La situación más crítica se vive en Galicia, donde el fuego declarado en Larouco (Ourense) ya ha arrasado más de 20.000 hectáreas, superando al de Chandrexa y convirtiéndose en el mayor incendio registrado en la comunidad desde que existen datos oficiales. Las llamas se han extendido a siete municipios de Ourense y Lugo y son visibles desde kilómetros de distancia.
En Oímbra, cuatro bomberos resultaron heridos, uno de ellos de gravedad, mientras luchaban contra un frente incontrolable. Los desalojos se suceden en la comarca de Valdeorras, donde familias enteras han abandonado sus hogares a toda prisa. “Nos quedamos sin nada, el monte está ardiendo por completo”, lamenta un vecino de A Gudiña mientras intenta salvar a sus animales.
El fuego también ha provocado la suspensión del AVE entre Madrid y Galicia por la cercanía de varios focos al trazado ferroviario.
Castilla y León: un fuego explosivo
En Castilla y León, 29 incendios permanecen activos, diez de ellos en nivel 2 de gravedad. El que más preocupa es el de Porto (Zamora), que amenaza al Parque Natural del Lago de Sanabria y que ya ha saltado a Galicia por Pena Trevinca. Rachas de viento de hasta 80 km/h impiden el trabajo de medios aéreos y favorecen un comportamiento “explosivo” de las llamas.
Más de 5.000 personas han sido desalojadas, mientras otras pasan las noches confinadas en centros habilitados. En el Bierzo, la Guardia Civil ayudó a vecinos de edad avanzada a abandonar sus viviendas. “Nunca había visto algo así, parecía que la montaña explotaba en cuestión de minutos”, relata un testigo del valle de Fornela.
La Junta ha decretado alerta extrema hasta el 22 de agosto y ha prohibido actividades que puedan generar chispas o igniciones en el monte.
Extremadura: alarma en el Jerte
En Extremadura, el incendio de Jarilla (Cáceres) ya ha arrasado más de 15.000 hectáreas y amenaza al valle del Jerte y al del Ambroz. El fuego ha cruzado a Salamanca, lo que complica aún más las labores de extinción. Los equipos trabajan contrarreloj en la montaña que domina el pueblo del Jerte, donde decenas de familias han tenido que abandonar sus casas.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, visitó este martes la zona y prometió declarar la emergencia de Protección Civil para facilitar recursos en la reconstrucción: “No vamos a dejar solos a los vecinos de los municipios afectados”.
Refuerzos internacionales y carreteras cortadas
La magnitud de los incendios ha obligado a movilizar refuerzos internacionales. Bomberos de Francia y Alemania se han desplazado a León y Cáceres, mientras que la UME sigue desplegada en varios frentes. En total, siete países de la Unión Europea colaboran ya en la lucha contra el fuego.
Nueve carreteras continúan cortadas, incluida la A-52 en Ourense, donde varios vehículos quedaron atrapados entre las llamas. Renfe mantiene interrumpida la conexión ferroviaria entre Madrid y Galicia por sexto día consecutivo.
Una emergencia climática sin precedentes
El Sistema Europeo de Información sobre Incendios Forestales (EFFIS) confirma que en lo que va de 2025 se han calcinado 382.607 hectáreas, una superficie equivalente a la isla de Mallorca y nueve veces mayor que la quemada en todo 2024.
Los expertos advierten de que la combinación de sequía extrema, temperaturas récord y abandono del monte está detrás de la virulencia de estos incendios. Lo que antes era una excepción empieza a convertirse en norma, con un coste devastador para los ecosistemas, la economía rural y la salud de la población.
















