El presunto violador en serie de Valencia: un joven de 33 años que usaba jerga policial para engañar a sus víctimas
Valencia vivía en las últimas semanas una inquietud silenciosa. Varias mujeres jóvenes denunciaban haber sido asaltadas de madrugada por un hombre que, con autoridad y seguridad en su discurso, se presentaba como agente de policía o guardia civil. El tono firme, las palabras técnicas y la jerga propia de los cuerpos de seguridad bastaban para desactivar la sospecha inicial de sus víctimas. Lo que parecía un control rutinario terminaba en un episodio de violencia sexual.
La Policía Nacional llevaba tiempo tras su pista. Finalmente, el pasado fin de semana, lograron detener al presunto agresor: un hombre de 33 años, de nacionalidad argentina, acusado de seis delitos de agresión sexual, usurpación de funciones públicas y robo con violencia.
Un modus operandi calculado
Según fuentes de la investigación, el detenido abordaba a sus víctimas siempre de madrugada, en calles poco transitadas, adoptando la pose de un agente en servicio. Les pedía la documentación, las advertía de posibles consecuencias legales y, bajo la apariencia de un cacheo, iniciaba los abusos sexuales.
La investigación detalla que se dirigió a seis mujeres de entre 19 y 28 años, cuatro españolas, una boliviana y una italiana. Todas coinciden en describir el mismo patrón: el hombre usaba expresiones propias de los cuerpos policiales, revisaba sus bolsos y carteras, y después, bajo amenaza, las agredía sexualmente.
En el caso más grave, ocurrido en el barrio de Trinitat, el agresor citó a una mujer que ejercía la prostitución y se encontraba en situación irregular. Tras intimidarla con la promesa de represalias legales y amenazas de muerte, la violó, le robó el teléfono móvil y hasta su ropa interior.
Un perfil que recuerda al “violador de los portales”
El caso ha recordado a muchos valencianos al del conocido “violador de los portales”, detenido en abril en la misma ciudad, también caracterizado por asaltar a mujeres de madrugada en entornos aparentemente seguros. La diferencia es que, en este caso, el sospechoso añadía el elemento de la usurpación de autoridad, algo que le otorgaba una peligrosa ventaja frente a sus víctimas.
El peso de las denuncias
La detención ha sido posible gracias a las víctimas. Todas ellas coincidieron en los detalles: un hombre joven, de complexión fuerte, que utilizaba jerga policial y que siempre actuaba con un tono de autoridad. La reiteración de testimonios permitió trazar un perfil claro que encajaba con el sospechoso, ya conocido por la Policía debido a antecedentes previos.
El arresto se produjo tras un dispositivo especial de vigilancia y control en las zonas donde había actuado. Los agentes lo localizaron y lo identificaron plenamente antes de proceder a su detención.
Una ciudad marcada por la alarma
Aunque las agresiones se produjeron en apenas tres días, entre el 15 y el 18 de agosto, el impacto en la ciudad ha sido enorme. La noticia ha reavivado el debate sobre la seguridad en la noche valenciana y la necesidad de reforzar la protección a las mujeres en el espacio público. Asociaciones feministas ya han convocado concentraciones en apoyo a las víctimas y han reclamado más recursos para la prevención y atención de casos de violencia sexual.
A disposición judicial
El detenido se enfrenta a un proceso judicial en el que deberá responder por seis agresiones sexuales, además de los delitos de usurpación de funciones públicas y robo con violencia. El Juzgado de Instrucción número 12 de Valencia ha decretado su ingreso en prisión provisional mientras avanza la investigación, que se encuentra bajo secreto de sumario.