José Ángel Núñez reconoce que la magnitud de la catástrofe desbordó al sistema de emergencias y pide reforzar la cooperación institucional
Valencia — La huella de la DANA del 29 de octubre de 2024, que dejó 228 víctimas mortales y marcó un antes y un después en la memoria colectiva de la Comunidad Valenciana, sigue muy presente casi un año después. Ahora, el jefe de Climatología de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) en la región, José Ángel Núñez, ha reconocido públicamente que hubo fallos en la coordinación interna de la propia agencia y en el sistema global de emergencias.
“Somos un engranaje más dentro de la gestión, pero no podemos estar satisfechos. La realidad es que hubo 228 muertos. Eso nos obliga a revisar con humildad qué no funcionó y cómo podemos evitar que vuelva a pasar”, declaró Núñez en una entrevista concedida a Les Notícies del Matí de À Punt.
“Algún día volverá a llover como entonces”
El climatólogo advirtió que fenómenos como el del 29-O volverán a repetirse: “Algún día volverá a llover como llovió ese día, pero lo que no puede tolerar nuestra sociedad es que haya 200 muertos. Eso es inaceptable”.
Núñez, que testificó en junio ante la jueza que instruye el caso en el juzgado de Catarroja, insistió en que la responsabilidad no puede personalizarse únicamente en Aemet: “El sistema de emergencias en su conjunto tiene que analizarse. Hay organismos muy prestigiosos, con técnicos de enorme valor, que han gestionado crisis con éxito durante décadas. Pero esta vez ocurrió lo que ocurrió, y no podemos conformarnos con decir que lo hicimos bien”.
La reputación de Aemet y la confianza ciudadana
Preguntado por la credibilidad de Aemet tras la catástrofe, Núñez aseguró que no cree que la institución haya perdido la confianza de la ciudadanía: “Yo mismo sigo recibiendo mensajes de apoyo, incluso de gente que no me conoce de nada. Eso ha sido lo único positivo de estos meses”.
Sin embargo, reconoció que recuperar la confianza plena en el sistema de emergencias será un proceso largo. “Uno de los objetivos de Aemet es proteger vidas y bienes, y en la DANA murieron 228 personas. No podemos estar satisfechos mientras esa cifra siga siendo el balance de lo ocurrido”.
El peso del factor humano
El responsable de climatología subrayó que, aunque la tecnología ofrece herramientas cada vez más precisas —radares, modelos numéricos, sistemas automáticos—, la decisión final depende de las personas: “No podemos delegar todo en los algoritmos. La gestión de una emergencia es, ante todo, un proceso humano”.
En este sentido, admitió que, con la información disponible el 29 de octubre, era imposible anticipar la magnitud real del desastre: “No sabía que iban a caer 770 litros en Turís, ni en mis peores sueños imaginé que morirían más de 200 personas. Ahora sabemos cosas que entonces no sabíamos. La ciencia nos decía que era un día de peligro extraordinario y, con esa certeza, lo que toca es actuar preventivamente, aunque después haya casos en los que la alerta no se materialice”.
“Fuego cruzado político” y falta de coordinación
Núñez lamentó haberse visto atrapado en un “fuego cruzado político” tras la tragedia: “Yo soy técnico, no político. Desde el primer momento vi que se intentaría responsabilizar a los técnicos, pero yo no era responsable de lo que ocurrió. Aun así, he tenido que defender esa posición durante meses, incluso frente a insultos recibidos de representantes políticos”.
El climatólogo también criticó que la Guardia Civil elaborara un informe técnico sin consultar a Aemet: “Enviaron al juzgado un informe equivocado. Es evidente que, en un tema de meteorología, hay que hablar con quienes saben”.
Mirando hacia el futuro
De cara al futuro, el jefe de Climatología de Aemet considera fundamental reforzar la coordinación entre instituciones y aprender de lo ocurrido: “No quiero decir que no hubiera coordinación, pero está claro que algo no funcionó. Hay que tomar medidas preventivas antes y de forma masiva. No podemos permitirnos otra tragedia como la de octubre”.
El recuerdo de aquel 29 de octubre, con 770 litros por metro cuadrado cayendo en pocas horas sobre la comarca de Turís y un reguero de víctimas mortales, sigue pesando en la conciencia de quienes gestionaron la emergencia. Núñez lo resume con una frase contundente:
“La ciencia es la herramienta más potente que tenemos. El 29 de octubre nos decía que era un día de peligro extraordinario. La lección es clara: hay que escucharla y actuar en consecuencia”.