Hoy se disputó la etapa 18 de la Vuelta Ciclista a España 2025, una contrarreloj individual en Valladolid que originalmente estaba programada para 27,2 km, pero que se redujo drásticamente a solo 12,2 km debido a las crecientes protestas pro-palestinas contra la participación del equipo Israel-Premier Tech. Esta modificación se anunció por motivos de seguridad, ya que las manifestaciones han intensificado su presencia en las últimas etapas, obligando a la organización a alterar el recorrido para evitar interrupciones mayores.
La etapa comenzó a las 14:12 horas (hora peninsular) y se completó sin grandes incidentes en el pelotón, aunque hubo dos detenidos por intentar saltar las vallas de contención cerca del epicentro de las protestas, en la Plaza de la Universidad de Valladolid, donde se reunieron alrededor de 250 manifestantes. A pesar de la reducción, la contrarreloj fue clave para la general: João Almeida (UAE Team Emirates) ganó la etapa y recortó tiempo al líder Jonas Vingegaard (Visma-Lease a Bike), sacándole ventaja en la lucha por el maillot rojo. Almeida ahora está a solo 1 minuto y 12 segundos de Vingegaard, con la penúltima etapa decisiva mañana en Guijuelo y el final en Madrid el domingo 14.
La Vuelta 2025, en su 80ª edición, ha recorrido ya 3.151 km desde su inicio el 23 de agosto y se encuentra en su recta final. Sin embargo, el evento ha estado marcado por la tensión política, con las protestas eclipsando lo deportivo en varios momentos.
Las protestas pro-palestinas y su impacto hoy
Las protestas pro-palestinas, que denuncian el genocidio en Gaza y la presencia del equipo Israel-Premier Tech (financiado en parte por fondos israelíes), han sido el tema dominante en la Vuelta. Hoy, en Valladolid, se concentraron unos 250 manifestantes en puntos clave del recorrido, con pancartas y cánticos como «Israel genocida» o «La gente que no dice nada también es cómplice». Aunque no bloquearon la carrera como en etapas previas, la amenaza llevó a la reducción del trazado y a un despliegue policial reforzado (más de 70 agentes de la Policía Nacional por etapa).
Hoy en algunas calles de Valladolid manifestantes han saltado el vallado y han accedido al recorrido con pancartas, por lo que la organización y la policía los ha apartado con dureza y contundencia.
Esta no es una novedad: las manifestaciones han interrumpido la Vuelta en al menos ocho etapas desde finales de agosto, generando detenciones (más de 20 en total) y heridos entre agentes. Ejemplos clave:
- Etapa 5 (27 ago): Bloqueo inicial al equipo israelí en Figueres (Girona).
- Etapa 11 (3 sep, Bilbao): Protesta masiva obligó a neutralizar los últimos 3 km; sin ganador de etapa, 3 detenidos y 4 ertzainas heridos.
- Etapa 13 (5 sep, Angliru): Interrupción a 12 km de meta; 12 detenidos.
- Etapa 16 (9 sep, Mos): Acortada 8 km por bloqueo en la subida final; Egan Bernal ganó, pero con neutralización.
Las protestas han ganado visibilidad global gracias a las retransmisiones en TVE y Eurosport, amplificando la indignación por la ofensiva israelí en Gaza (que ha causado hambruna y miles de muertes civiles). Colectivos como BDS (Boicot, Desinversiones y Sanciones) y plataformas locales (ej. Gernika Palestina) lideran las acciones, pidiendo la expulsión del equipo israelí. En redes como X, el debate es intenso: algunos ven las protestas como legítima solidaridad, mientras otros las critican como boicot irracional que afecta a deportistas inocentes.
Para la etapa final en Madrid, se espera un «importante dispositivo» de seguridad, con la Guardia Civil desplegando 132 efectivos. La UCI y la organización han condenado las interrupciones, pero las manifestaciones continúan, reflejando una brecha en la impunidad internacional ante el conflicto palestino-israelí.