La Vuelta Ciclista a España se ha convertido en una auténtica pesadilla para los organizadores este año por las protestas pro palestinas que pedían la expulsión del equipo Ciclista de Israel, que llegó a eliminar el nombre de Israel de sus maillots y de los vinilos de los coches para despistar.
Pero más allá de la Vuelta este año se ha hablado de política, y de las concentraciones que han obligado a suspender etapas antes del final, a acortar recorridos y a un fuerte dispositivo policial que pagaremos todos los españoles.
Hoy última etapa en Madrid
Hoy se celebra en Madrid y alrededores la última etapa de esta agonizante carrera para los corredores y organizadores, pero no hay mascletà que se precie sin terremoto final, y para ello los manifestantes pro-palestina y podemos han llamado a la movilización máxima en las calles de Madrid.
El dispositivo policial es de más de 1.000 agentes desplegados en el recorrido de hoy y ya antes de su inicio han tenido que actuar en la zona de meta, sirviendo de parapeto de dos manifestaciones/concentraciones no comunicadas, una a favor de Israel y otra a favor de Palestina.
Los sindicatos policiales ya han expresado sus quejas al gobierno y mandos policiales y hoy se concentraban a las puertas de las dependencias policiales «nos sentimos abandonados y tenemos que responder sin medios».
Sánchez » el pirómano»
Después de la guerra entre los ministros, Moncloa ha hablado y Sánchez ha hecho lo que mejor sabe hacer, estar con los dos bandos, si bien ha pedido respeto por los ciclistas ha asegurado «sentirse orgulloso de los que se manifiestan por Palestina».
¿Está el presidente del Gobierno llamando a concentraciones ilegales?
Pues eso parece, arrojando más leña al fuego, y este fuego no necesita más combustible, en una etapa que se puede convertir en el bochorno absoluto del deporte español y de la Federación de Ciclismo que ya no sabe cómo responder ni actuar.
Si bien el director de la prueba aseguraba que iban a demandar a todos los que entorpecieses la prueba por poner en peligro a los corredores, desde el propio gobierno y sus socios llamaban a la insurreción. Así, los propios jefes llamaban a luchar contra el trabajo de sus propios empleados, en un ejemplo más del sinsentido absoluto que se ha convertido la política nacional en España.
Ayer mismo una sentada en un tramo de carretera en una intersección pudo ser esquivada por los ciclistas, pero finalmente dos de ellos fueron parados por los manifestantes.
Igualmente tuvo que ayer eliminar su paso por Cercedilla al tener una concentración dentro del recorrido que no fue disuelta.