Habrá una movilización nacional de los sindicatos médicos en España, convocada para el próximo 3 de octubre de 2025. Esta huelga, impulsada principalmente por la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM) y el Sindicato Médico Andaluz (SMA), busca presionar al Ministerio de Sanidad, dirigido por Mónica García, para que revise el borrador del nuevo Estatuto Marco del personal estatutario de los servicios de salud. Los facultativos denuncian que el proyecto actual no aborda sus condiciones laborales específicas y perpetúa la precariedad en el Sistema Nacional de Salud (SNS). A continuación, te detallo el contexto, las reivindicaciones, el alcance y las implicaciones de esta convocatoria, basado en información reciente.
Contexto de la huelga
El Estatuto Marco es la norma básica que regula las condiciones laborales de los profesionales sanitarios en el SNS, vigente desde 2003 (Ley 55/2003). Tras años de debate, el Ministerio de Sanidad ha impulsado una reforma para actualizarla, pero el borrador presentado en julio de 2025 ha generado un fuerte rechazo entre los médicos. Los sindicatos argumentan que el texto ignora las particularidades de su profesión —como la alta responsabilidad, las guardias prolongadas y la formación especializada— y los equipara injustamente con otras categorías profesionales, sin mejoras reales en salarios, jornada o conciliación.
Esta no es la primera acción: ya hubo una huelga nacional el 13 de junio de 2025, con un seguimiento estimado entre el 30% y el 77% en diferentes regiones (por ejemplo, en Extremadura superó el 70%). La del 3 de octubre es la segunda jornada de paro, adelantada desde una fecha inicial prevista para el 10 de octubre, tras analizar un nuevo borrador ministerial que los sindicatos califican de «retroceso» y «cosmético». El Comité de Huelga, formado por CESM y SMA, ha notificado formalmente la convocatoria al Ministerio de Sanidad y al de Trabajo, dirigida a todo el personal del Grupo A1 (médicos, farmacéuticos, psicólogos, biólogos, etc., tanto adjuntos como residentes).
El descontento se agrava por la sobrecarga asistencial post-pandemia, con déficits de personal (España necesita miles de médicos más), agendas saturadas y un modelo que, según los sindicatos, «devalúa» la profesión y ahuyenta a los jóvenes del sector público. En regiones como Andalucía, Madrid, Cataluña, Euskadi, Galicia y Asturias, los sindicatos locales (como AMYTS en Madrid, Metges de Catalunya o el Sindicato Médico de Euskadi) se suman o convocan acciones paralelas, ampliando el impacto.
Principales reivindicaciones
Los médicos exigen un «Estatuto Médico y Facultativo propio», negociado en una mesa exclusiva con sindicatos del sector, sin la presencia de otros como CCOO, UGT o CSIF, que consideran que no representan sus intereses. Entre las demandas clave:
- Reconocimiento de la singularidad profesional: Clasificación diferenciada por formación y responsabilidad, evitando equiparación con otros grupos.
- Mejoras en condiciones laborales: Reducción de guardias (actualmente hasta 24 horas), límites a la jornada (máximo 37,5 horas semanales efectivas), fin a la precariedad temporal (más del 20% de contratos temporales) y retribuciones justas por nocturnidad y festivos.
- Conciliación y salud laboral: Derecho a desconexión digital, permisos parentales ampliados y medidas contra el burnout, que afecta a un alto porcentaje de facultativos.
- Negociación directa: Que el Ministerio escuche sus propuestas y no «cierre en falso» el diálogo, como acusan tras reuniones estancadas en el Ámbito de Negociación.
CESM y SMA han presentado un borrador alternativo de Estatuto Propio, que enviarán a consulta pública, al Consejo Interterritorial del SNS y a grupos parlamentarios para recabar apoyos. Insisten en que «sin médicos no hay sanidad», destacando que la huelga busca mejorar la atención a pacientes, no perjudicarla.
Alcance y acciones complementarias
- Convocatoria: Paro de 24 horas, desde las 8:00 del viernes 3 de octubre hasta las 8:00 del sábado 4. Afecta a hospitales, centros de salud y servicios concertados en todo el Estado, con énfasis en consultas externas, urgencias no vitales y pruebas programadas. Se garantizarán servicios mínimos para emergencias.
- Apoyo autonómico:
- Madrid (AMYTS): Huelga y manifestación del Congreso al Ministerio.
- Cataluña (Metges de Catalunya): Paro para facultativos del sistema público y concertado, con ocho demandas específicas autonómicas.
- Euskadi (SME): Huelga y concentraciones coordinadas.
- Asturias (Simpa): Doble huelga, nacional y local por mejoras en la sanidad asturiana.
- Andalucía (SMA): Enfoque en el déficit de médicos por sobrecarga.
- Otras regiones como Galicia y Extremadura también se suman.
- Otras movilizaciones: Incluye asambleas informativas (por ejemplo, en Euskadi los días 23-25 de septiembre), concentraciones el 23 de septiembre frente al Ministerio, campañas en redes y contactos con políticos europeos. Se prevé una gran manifestación en Madrid coincidiendo con el paro.
Posición del Ministerio de Sanidad y posibles impactos
El Ministerio, liderado por Mónica García, mantiene que el diálogo está abierto y que se reúnen con comunidades autónomas y sindicatos para avanzar en el Estatuto Marco. Argumentan que informes jurídicos impiden un estatuto exclusivo para médicos por «invasión de competencias», y que el borrador incluye avances como la eliminación de la exclusividad para jefes de servicio y MIR. Sin embargo, los facultativos lo ven insuficiente y temen que perpetúe recortes acumulados desde 2010.
Los impactos podrían incluir retrasos en citas y cirugías no urgentes, afectando a miles de pacientes. Los sindicatos estiman un seguimiento masivo, similar al de junio, y advierten de más paros si no hay avances antes de que el proyecto llegue al Congreso. Esta huelga se enmarca en un clima de tensiones más amplio en sanidad, con protestas de otros sindicatos (como SATSE o CCOO) por el mismo Estatuto, que reclaman un «estatuto para avanzar» contra la precariedad general.
En resumen, esta convocatoria refleja una crisis profunda en el SNS, donde los médicos buscan «recuperar la dignidad» y garantizar un sistema sostenible. Si el Ministerio no cede, las movilizaciones podrían escalar.