La ciudad no puede crecer más por la protección de la huerta y de la Albufera, mientras los precios de compra y alquiler baten récords históricos.
Valencia, 20 de septiembre de 2025.
El mercado inmobiliario en Valencia atraviesa una situación crítica. Los precios de venta y alquiler se han disparado a niveles nunca vistos, superando incluso los máximos de la burbuja de 2008. La falta de vivienda disponible está obligando a muchas familias a mudarse a municipios del área metropolitana, que también sufren una presión creciente.
Una ciudad sin margen de expansión
Según el urbanista Alejandro Escribano, responsable del Plan General de Ordenación Urbana, la capital apenas dispone de suelo para construir entre 8.000 y 10.000 nuevas viviendas. La cifra está muy lejos de las 30.000 que serían necesarias para dar respuesta a la llegada de nuevos residentes, en especial inmigrantes.
La limitación deriva de la protección de la huerta valenciana y del parque natural de la Albufera, que bloquean la expansión urbanística. Si no se actúa, la Cámara de Comercio advierte de que el déficit podría dispararse hasta las 133.000 viviendas en 2030.
Factores que disparan los precios
El informe elaborado por la Cámara de Comercio de Valencia señala como principales causas el aumento de población, el turismo, la proliferación de pisos turísticos y los cambios en los modelos familiares. A ello se suman la falta de suelo urbanizable, la subida de los costes de construcción, la escasez de mano de obra cualificada y una normativa urbanística cada vez más compleja.
Propuestas de la Cámara de Comercio
El organismo plantea varias medidas para paliar el problema:
- Agilizar la transformación de suelo urbanizable, que actualmente puede tardar entre 15 y 20 años.
- Revisar la normativa urbanística para hacerla más equilibrada, sin frenar la construcción.
- Medidas fiscales que abaraten el acceso a la vivienda, como eliminar el IVA en la compra de la primera residencia.
- Un modelo metropolitano coordinado, el proyecto “Gran Valencia”, con transporte público eficiente e infraestructuras que faciliten la vida en municipios periféricos.
“El momento exige decisiones valientes, coordinación entre administraciones y un nuevo pacto público-privado para garantizar el acceso a la vivienda”, subrayó José Vicente Morata, presidente de Cámara Valencia.
La alternativa metropolitana
Como solución parcial, los expertos apuntan a la construcción en el área metropolitana, en zonas entre la CV-35 y la autovía de Torrent. Allí podría levantarse un parque de 25.000 viviendas en edificios de seis a diez plantas, un alivio importante, aunque insuficiente para cubrir la demanda estructural.
El futuro de la vivienda en Valencia depende de encontrar un equilibrio entre sostenibilidad, protección del territorio y el derecho de la ciudadanía a acceder a un hogar asequible.