Una reinvención tras la pandemia
La historia de Blanca es la de muchas personas que, tras la crisis del Covid, redescubrieron sus raíces. Dejó la moda en Valencia para regresar a El Palomar, donde su padre había iniciado una explotación ganadera tras la crisis inmobiliaria. Allí, lejos de las pasarelas, halló un nuevo propósito: profesionalizar la cría de terneros.


La fase más delicada del proceso
Blanca se ocupa del destete de los animales, un periodo crítico en el que se les acompaña desde la leche hasta el pienso. En lotes de más de un centenar de terneros, ella organiza las tomas, vacunas y cuidados para que superen sus primeras semanas. Con dedicación y disciplina, logra que pasen la etapa más vulnerable y estén listos para crecer fuertes.
Un modelo de sostenibilidad
La joven ha aportado una visión moderna a la granja familiar:
- Economía circular: el estiércol se transforma en abono para olivares.
- Cultivo de avena y forrajes: recuperación de terrenos abandonados para alimentar al ganado.
- Energía verde: placas solares y vehículo eléctrico.
Este modelo combina tradición y sostenibilidad, alineándose con las demandas de un consumidor cada vez más consciente.
Mirando al futuro: granja escuela y turismo rural
Blanca prepara ya su gran apuesta: abrir una granja escuela y desarrollar actividades de agroturismo en 2026. Su plan incluye:
- Talleres de paella valenciana con productos de su propio huerto.
- Jornadas educativas para colegios y familias.
- Eventos personalizados en la casa rural que ya existe en la explotación.
En paralelo, trabaja en una plataforma online para vender productos artesanales y potenciar su visibilidad en redes sociales.
Mujeres, juventud y campo
Con apenas 30 años, Blanca representa a una nueva generación que combina innovación y raíces. Su historia no es solo personal: es un ejemplo del potencial del campo valenciano para atraer talento joven y femenino, modernizarse y seguir siendo motor económico y cultural.
“Mi corazón está ahora en la ganadería. Lo que antes eran vestidos, ahora son terneros. Y me siento más realizada que nunca”, asegura con una sonrisa.