Con solo cuatro años, este pequeño de Masalavés da sus primeros pasos gracias a la solidaridad. Su familia pide ayuda para conseguir la silla especial que necesita para salir a la calle.
Un milagro en casa
A José, un niño de cuatro años con parálisis cerebral y autismo, le brillan los ojos cada vez que agarra su nuevo andador. Por primera vez en su vida puede caminar sin la ayuda de sus padres. En su casa de Masalavés (Valencia), no hay día que no suene la risa de este pequeño que ya corretea de un lado a otro.
“Cuando empezó a andar se nos caían las lágrimas. Su hermana saltaba de alegría. Ha sido como un milagro”, cuenta emocionado su padre, José Flores.
La fuerza de un luchador
El camino de José no ha sido fácil. Nació muerto y tuvieron que reanimarlo. A los 11 días fue operado de urgencia por una hidrocefalia, y a los siete meses volvió a pasar por quirófano. “Han sido varias operaciones a vida o muerte. Siempre ha salido adelante, aunque con secuelas: debilidad en las piernas, falta de equilibrio y, más tarde, el diagnóstico de autismo”, explica su padre.
Pese a todo, José nunca se rinde. “El primer día con el andador le temblaban las piernas, pero ahora va feliz, con una sonrisa siempre en la boca”, añade.
Solidaridad que cambia vidas
El andador ha sido posible gracias a una campaña en Gofundme que recaudó 2.200 euros, de los que el cantante Juan Magán donó 1.000. Con ese dinero compraron el dispositivo, que costó 1.200 euros.
Pero la familia necesita más ayuda. “Nos faltan 800 euros para comprarle una silla adaptada para la calle. Mi mujer está todo el día dedicada al niño. Recibimos una ayuda de 450 euros, pero con eso y mi sueldo no llegamos”, confiesa el padre.
De momento, José sigue saliendo en carritos de bebé que se rompen con facilidad. “Este año ya hemos tenido que comprar cuatro. José es fuerte, da saltos, y los destroza”, relata.
Una lucha también administrativa
A pesar de sus limitaciones, la administración solo le reconoce un 42% de discapacidad, insuficiente para que la Seguridad Social cubra sus necesidades básicas. La familia pelea para que se eleve al 66%, un porcentaje que permitiría acceder a más ayudas.
“Mientras eso llega, necesitamos apoyo. Queremos darle lo que más necesita ahora: la silla adaptada para que no tengamos que sacarlo en brazos”, reclama su padre.
Un futuro en pie
José ha demostrado que, con apoyo, es capaz de lo imposible. Sus primeros pasos no solo son un triunfo para él, sino también un mensaje de esperanza para todos los que le rodean.
“Es un luchador nato. Ha ganado todas las batallas. Y nosotros vamos a seguir luchando con él”, asegura su padre.